Antonio de Sucre y Orleans | |
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Historia Alternativa: Reino de Quito | |
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27 de abril de 1912 - 16 de diciembre de 1936 | |
Predecesor | Leopoldo I |
Sucesor | Fernando de Braganza |
21 de agosto de 1880 - 27 de abril de 1912 | |
Información personal
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Nacimiento | 21 de agosto de 1880 Palacio de La Ciénega, Cotopaxi, Quito |
Fallecimiento | 13 de julio de 1956 (75 años) Palacio de Durán, Guayaquil, Quito |
Familia
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Padres | Leopoldo I de Quito Blanca de Orleans |
Cónyuge | María Teresa de Borbón |
Hijos | Leopoldo Luis Alfonso Víctor Felipe María Cristina María Mercedes |
Educación
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Información profesional
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Antonio I de Quito (21 de agosto de 1880, Palacio de La Ciénega, Cotopaxi, Quito - 13 de julio de 1956, Palacio de Durán, Guayaquil, Quito), fue el cuarto emperador de Quito, cuyo título ostentó entre 1912 y 1936, cuando fue exiliado del país y reemplazado por su primo segundo, Fernando de Braganza y Sucre, a quien el dictador José María Velasco Ibarra había colocado como su propio monarca títere. Es conocido como el emperador del orden constitucional, debido a que se negó al plan dictatorial de Velasco Ibarra, y por ello sufrió las consecuencias del exilio. Su esposa y consorte fue la infanta española María Teresa de Borbón y Habsburgo-Lorena, segunda hija de Alfonso XII.
Biografía[]
Fue el primogénito del matrimonio conformado por el emperador Leopoldo I de Quito y la princesa Blanca de Orleans (de la casa real francesa). Nació el 21 de agosto de 1880 en el Palacio de La Ciénega, mientras sus padres, que aún eran los príncipes herederos, estaban de vacaciones pues esperaban el alumbramiento dos semanas más tarde.
Fue bautizado en la iglesia de San Francisco un mes después, con los nombres de Luis María Antonio Carlos de Sucre-Quito y Orleans. Tomó sus nombres de sus padrinos: su abuelo materno, Luis de Orleans, duque de Nemours; su tía paterna María Clementina de Sucre, emperatriz consorte de México; Antonio de Carcelén y Larrea, amigo íntimo del padre; y su tía política materna Sofía Carlota de Wittelsbach, princesa de Baviera y hermana de la emperatriz austro-húngara Sissi.
Su infancia transcurrió en el Palacio de Carondelet, donde fue instruido por profesores particulares hasta los 13 años, cuando fue enviado a Eton College, en Inglaterra; convirtiéndose así en el primer príncipe quiteño en estudiar fuera del país, lo que le dio otra perspectiva del mundo que rodeaba al imperio. Se graduó a los 18 años, en julio de 1898, luego de lo cual regresó a Quito para continuar con su formación militar.
Cuando su abuela María Teresa murió en 1902, y su padre accedió al trono de Quito, Antonio se convirtió automáticamente en el nuevo príncipe heredero, con lo que su formación en política se volvió cada vez más importante.
Matrimonio[]
El matrimonio de Antonio y la infanta española María Teresa de Borbón fue arreglado por los padres de ambos jóvenes en julio de 1899. Leopoldo I y Alfonso XII habían convenido en el enlace durante una época en la que las relaciones entre España y Latinoamérica no pasaban por su mejor momento, por lo que este significaba un acercamiento de buena voluntad entre ambas regiones.
Pese a que su unión fue arreglada desde un comienzo, los jóvenes príncipes no mostraron disgusto el uno por el otro cuando se conocieron en Madrid el 20 de mayo de 1900. Sin embargo, se conoce que previo a este encuentro el príncipe quiteño debió abandonar una relación de dos años que había mantenido con Elena Bejarano y Troya, quinta hija del marqués de Daule, y a quien nunca más se le conocería un pretendiente.
La ceremonia de matrimonio tuvo lugar el 21 de marzo de 1901, en la iglesia de San Francisco. El entonces príncipe contaba con 21 años de edad, mientras que la infanta tenía 19. Inmediatamente la pareja se instaló en el Palacio de El Ejido por invitación de la abuela de Antonio, la emperatriz María Teresa, quien residía oficialmente en el mismo. Al morir su abuela, y los nuevos soberanos trasladarse a El Ejido, los príncipes se mudaron al Palacio de Carondelet, en donde vivirían hasta su propio ascenso al trono.
Descendencia[]
Del matrimonio entre Antonio y María Teresa nacieron siete hijos:
- Leopoldo II (1902-1968), rey de Quito. Casado con su prima carnal, la infanta Beatríz de Borbón. Tuvieron cuatro hijos:
- Luis Alfonso de Sucre y Borbón (1904-1984), príncipe de Sucre y duque de Cuenca. Casado con la heredera norteamericana Josephine Astor, tuvieron cuatro hijos:
- Jorge Alfonso de Sucre-Borbón y Astor
- José Andrés de Sucre-Borbón y Astor
- María Gracia de Sucre-Borbón y Astor
- Catalina de Sucre-Borbón y Astor
- Víctor Felipe de Sucre y Borbón (1905-1991), príncipe de Sucre y duque de Túmbez. Casado con la aristócrata quitburguesa Amalia de Guarderas y Santa Coloma, tuvieron tres hijos:
- Cecilia de Sucre-Borbón y Guarderas
- Olga de Sucre-Borbón y Guarderas
- Jacinto de Sucre-Borbón y Guarderas
- María Cristina de Sucre y Borbón (1910-1986), princesa de Sucre y duquesa de Catamayo. Casada con Joao de Braganza-Orleans, duque de Recife, tuvieron dos hijos:
- Jorge de Braganza-Orleans y Sucre-Borbón
- Alberto de Brganza-Orleans y Sucre-Borbón
- María Mercedes de Sucre y Borbón, (1913-1953). Casada con Irakli Bagration-Mukhrani, príncipe de Georgia, tuvieron dos hijos:
- María de la Paz de Bagration y Sucre-Borbón
- Bagrat Juan de Bagration y Sucre-Borbón
Secuestro alfarista[]
El 22 de enero de 1904 una revuelta popular impulsada por el Partido Conservador de Quitburgo tiene lugar en las calles de la capital, exigiendo la dimisión del primer minstro Alfaro, pues estaban en total desacuerdo con sus políticas anticlericales y, según ellos, antimorales. Es así como el 24 de enero los protestantes conservadores asaltan el Palacio de La Circasiana (sede del Primer Ministerio), para obligar a Alfaro a dimitir, pero este logra escapar disfrazado en medio del motín. Al día siguiente los liberales, en represalia, asaltan el Palacio de Carondelet durante la madrugada, y toman por rehenes a los príncipes herederos: Antonio de Sucre y María Teresa de Borbón, así como a sus hijos: Leopoldo y Luis Alfonso.
El emperador Leopoldo I ofrece un rescate por la familia heredera, pero es rechazado por los protestantes liberales. Los simpatizantes de Alfaro exigen la restitución del Primer Ministro en el cargo; mientas tanto el presidente del Parlamento nombra una comisión negociadora que se reúne con los dirigentes del amotinamiento liberal de Carondelet. Para el 27 de enero, un intento fallido del ejército imperial por retomar Carondelet deja como saldo seis soldados muertos y 15 heridos de ambos bandos. El emperador ordena la protección del edificio para salvaguardar la vida de su hijo, nuera y nietos, que aún se encontraban en el interior. Los protestantes conservadores encuentran el escondite de Eloy Alfaro gracias a la traición de uno de sus hombres de confianza y el 28 de enero asaltan la Hacienda Vicenta, en el Gran Ducado de Los Ríos, toman por rehén al general, y el 30 de enero el Parlamento propone un intercambio; más, los protestantes conservadores declaran que no aceptarán el regreso de Alfaro al Primer Ministerio.
El 31 de enero la comisión del Parlamento se reúne nuevamente con los dirigentes liberales, y se acuerda la entrega de los retenidos por ambas partes a cambio de colocar a Leónidas Plaza, un liberal más moderado, en el cargo de Primer Ministro, mismo que asume el 1 de febrero, poniendo fin a este capítulo con el intercambio público de rehenes en la Plaza Grande, el 2 de febrero.
Reinado[]

Escudo de armas de Antonio I como emperador.
Con el advenimiento del reinado de Antonio se consolida la industrialización del país, apoyada con el boom de la producción de cacao, que colocaría a Quito como el principal exportador del producto en el mundo.
A pesar de los avances en la red sanitaria nacional, las ciudades de la Costa no se libran de una epidemia de fiebre amarilla en 1915, por lo que la Sierra y la Amazonía se ven afectadas por la escaces de productos como arroz, azúcar y harina, y deben importarlos desde Colombia y Perú. La llegada del médico japonés Hideyo Noguchi ayuda a controlar la situación en un par de meses, no sin antes haber causado la muerte del 10% de la población de la región.
La Primera Guerra Mundial, ocurrida entre 1914 y 1918, y llevados por los lazos familiares del emperador Antonio con Francia y el Reino Unido, el Parlamento aprueba la declaración de guerra a las Potencias Centrales, enviando un contingente de 70.000 hombres a apoyar a los Países Aliados. La intervención del contingente quiteño sería decisiva en la Batalla de Caporetto y estabilización de la línea de defensa italiana ante el avance austriaco.
Hitos importantes de esta época son el desarrollo de la aviación y consecuente construcción de los primeros aeropuertos del país, las primeras transmisiones de radio, y el aparecimiento de la banca privada con alcance nacional, misma que pone los préstamos regulados por la ley al alcance de los pequeños y medianos emprendedores.
En el área social, se destaca la abolición del Concertaje en 1916, un sistema por el que los indígenas debían realizar trabajos agrícolas de manera vitalicia y a veces hereditaria, recibiendo solamente el pago mínimo. Al año siguiente se aprueba también la ley que prohíbe la prisión por deudas impagas. Un gran terremoto en el norte del Reino deja un saldo mortal de 300 víctimas en las ciudades de Tulcán, Pasto e Ipiales.
Primer Ministros de este periodo son Leónidas Plaza (1912-1918), Alfredo Baquerizo Moreno (1918-1924), José Luis Tamayo(1924-1930), la mayoría respondiendo a los intereses de la naciente banca privada y a los cacaoteros de la Costa.
En 1930 sale elegido Isidro Ayora, quien gobierna hasta 1936 con su Partido Social Demócrata, convirtiéndose en el primer país de toda Suramérica con un partido declarado abiertamente de izquierdas en el gobierno. Ayora inició un amplio paquete de medidas y reformas sociales, pero el impacto de la crisis económica mundial lastró su popularidad, unidos al bloqueo parlamentario del Partido Conservador y Liberal, perdiendo ante el candidato populista José María Velasco Ibarra en los siguientes comicios.
Exilio[]
Tras su triunfo en las elecciones para Primer Ministro, el 1 de septiembre de 1936 es posesionado en el cargo el candidato independiente José María Velasco Ibarra. Considerado populista y un gran orador que aglutinaba masas, pronto fue visto como un peligro para el orden establecido.
El 15 de diciembre de 1936 Velasco Ibarra se declara Dictador, apoyado en un importante grupo de las Fuerzas Armadas a los que se les prometió preeminencia. El mismo día solicita en cadena radial la aprobación del emperador Antonio I, quien rechaza tajantemente el mando de Velasco Ibarra y nombra unilateralmente al presidente del Parlamento como Primer Ministro encargado, mientras se llamaría a nuevas elecciones. El Dictador furioso ordena la salida inmediata del Emperador y su familia del país, que debieron acatar la disposición debido al apoyo que el primero tenía del Ejército.
Mientras tanto, Velasco Ibarra conciente de que el país se dividiría en dos debido a los monarquistas, trató de aplacar las posibles revueltas futuras nombrando un Emperador títere, al que pudiera manejar a su antojo y que estuviera vinculado con el país. El escogido fue Fernando de Braganza y Sucre, hijo de la princesa María Antonieta y primo de Antonio I. Fernando, nacido en Portugal, donde vivía su madre tras el matrimonio con el Duque de Coimbra, fue coronado el 25 de diciembre de 1936 en un acto conocido popularmente como La Coronación de Navidad.
Antonio y su familia debieron partir con rumbo a Panamá, en donde se instalaron en el Palacio Rivera, de la capital istmeña. Su parentezco con el gran duque Francisco II facilitó la adapatación e ingreso a la alta sociedad panameña, aún siendo una depuesta familia real en exilio, lo cual no era bien visto en las altas esferas de la época. Inmediatamente llegados, el nuevo emperador quiteño Fernando de Braganza ofreció a su primo Antonio una pensión vitalicia de 700 dólares americanos, que tras un rechazo inicial debió aceptar por la escacez económica que empezaban a padecer desde 1937.
A pesar de que varios de sus hijos contrajeron matrimonio y se establecieron en otros países, Antonio y su esposa permanecieron en Panamá por 15 años hasta el retorno a Quito en 1951, cuando su hijo Leopoldo fue coronado como Rey y restauró la monarquía en el país por pedido del Parlamento; a este acto se le conoce como Primera Restauración Sucre.
Retorno[]
Muerte[]
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