Historia Alternativa
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La Guerra Civil Española, o guerra de España, fue un conflicto social, político y bélico —que más tarde repercutiría también en una crisis económica— que se desencadenó en España tras el fracaso parcial del golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936 llevado a cabo por una parte del Ejército contra el Gobierno de la Segunda República. 

La guerra tuvo múltiples facetas, pues incluyó lucha de clases, guerra de religión, enfrentamiento de nacionalismos opuestos, lucha entre dictadura militar y democracia republicana, entre revolución y contrarrevolución, entre fascismo y comunismo.

A las partes del conflicto se las suele denominar bando republicano y bando sublevado:

El bando republicano estuvo constituido en torno al Gobierno elegido democráticamente, formado por el Frente Popular, que a su vez se componía de una coalición de partidos republicanos: Izquierda Republicana y Unión Republicana, con el Partido Socialista Obrero Español, a la que se habían sumado los marxistas-leninistas del Partido Comunista de España y en Cataluña los nacionalistas de izquierda encabezados por Esquerra Republicana de Catalunya el POUM. Era apoyado por el movimiento obrero y los sindicatos UGT y CNT, aunque ellos lo que perseguían era realizar la revolución social. También se había decantado por el bando republicano el Partido Nacionalista Vasco, cuando las Cortes republicanas estaban a punto de aprobar el Estatuto de Autonomía para el País Vasco.

El bando sublevado, que se llamó a sí mismo «bando nacional», estuvo organizado en torno a parte del alto mando militar, institucionalizado inicialmente en la Junta de Defensa Nacional sustituida tras el nombramiento de Francisco Franco como generalísimo y jefe del Gobierno del Estado. Políticamente, estuvo integrado por la fascista Falange Española, los carlistas, los monárquicos alfonsinos de Renovación Española y gran parte de los votantes de la CEDA, la Liga Regionalista y otros grupos conservadores.

Socialmente fue apoyado por aquellas clases a las que la victoria en las urnas del Frente Popular les hizo sentir que peligraba su posición; por la Iglesia católica, acosada por la persecución religiosa desatada por parte de la izquierda nada más estallar el conflicto; por pequeños propietarios temerosos de una «revolución del proletariado» y también por muchas personas de clase baja de firmes convicciones religiosas

Las consecuencias de la Guerra Civil han marcado en gran medida la historia posterior de España, por lo excepcionalmente dramáticas y duraderas: tanto las demográficas como las materiales, intelectuales y políticas , y que se perpetuaron mucho más allá de la prolongada posguerra.

Antecedentes[]

Los republicanos, los grandes vencedores de las elecciones regionales del 12 de abril, proclaman la República el 14 de Abril de 1931. El rey Alfonso XIII abdica y deja España con los honores militares. Una constitución democrática entrará en vigor cuando la izquierda se lleve las elecciones en junio.

Hasta ese año la situación en España había sido muy diferente a la de la gran parte de países europeos, porque el país no había participado en la Primera Guerra Mundial. Como podemos leer en este portal especializado en la Primera Gran Guerra, Europa estaba sufriendo una crisis debido a los imperios caídos, la muerte de millones de personas que habían participado en la guerra, y el endeudamiento propio de una guerra.

Todo esto hizo que movimientos como el fascismo y el comunismo (los dos grandes movimientos surgidos de la 1GM) no hubieran llegado por el momento a España. Durante los primeros años de la Republica, estos movimientos no tuvieron ningún tipo de arraigo en el pueblo español. Pero con el inicio de la Guerra Civil, éstos entraron con fuerza y calaron fuerte en la sociedad española. Y no fue hasta 1936 que el fascismo se impuso en el país.

El 29 de Octubre de 1933, José Antonio Primo de Rivera funda “la Falange”. Esta organización predica la constitución de un Estado nacionalista.


Las elecciones legislativas del 16 de Febrero de 1936 una coalición de izquierdas llamada el "Frente popular " constituido por republicanos, socialistas, militantes del Partido obrero de unificación marxista (POUM) y por comunistas, se lleva las elecciones en España contra el “Frente nacional” y el centro. El republicano Manuel Azaña, líder del frente popular, es el encargado de formar el nuevo gobierno.

El Gobierno del Frente Popular (febrero-julio de 1936)[]

El miércoles 19 de febrero, Manuel Azaña, el líder del Frente Popular, formaba un gobierno que, conforme a lo pactado con los socialistas, solo estaba integrado por ministros republicanos de izquierda (nueve de Izquierda Republicana y tres de Unión Republicana). Una de sus primeras decisiones fue alejar de los centros de poder a los generales más antirrepublicanos: el general Manuel Goded fue destinado a la Comandancia militar de Baleares; el general Francisco Franco, a la de Canarias; el general Emilio Mola al gobierno militar de Pamplona. Otros generales significados como Joaquín Fanjul y Andrés Saliquet quedaron en situación de disponibles.

La medida más urgente que hubo de tomar el nuevo gobierno fue la amnistía de los condenados por los sucesos de octubre de 1934, "legalizando" así el asalto a varias cárceles por la multitud, pero dando cumplimiento también al punto principal del programa electoral del Frente Popular. Otra de las medidas urgentes era reponer en sus puestos a los alcaldes y concejales elegidos en 1931 y sustituidos durante el bienio conservador. El 28 de febrero el gobierno decretaba no solo la readmisión de todos los trabajadores despedidos por motivos políticos y sindicales relacionados con los hechos de 1934, sino que, presionado por los sindicatos, ordenaba a las empresas que indemnizaran a estos trabajadores por los jornales no abonados.Asimismo, fue restablecido el gobierno de la Generalidad de Cataluña, cuyos miembros habían salido de la cárcel beneficiados también por la amnistía.

Elegido presidente de la República el 10 de mayo de 1936, Azaña nombra a Francisco Largo Caballero, socialista próximo a los comunistas, a la cabeza del gobierno. Los choques entre republicanos y nacionalistas provocarán el comienzo en España de la guerra civil. El periódico oficial del PSOE titula: « Haremos lo mismo que en Rusia », titular que no ayudó en nada a calmar el ambiente y a tranquilizar a los opositores.

La violencia política[]

A partir de esos momentos, el país vive oleadas de violencia callejera que tienen su punto álgido en el asesinato del diputado monárquico José Calvo Sotelo, el 13 de julio del mismo año, poco después de haber sido amenazada por Dolores Ibarruri, La Pasionaria.

El diputado monárquico José Calvo Sotelo es asesinado en Madrid por oficiales republicanos. Este asesinato acelera los acontecimientos. Aunque los generales Sanjurjo y Mola ya planeaban una conspiración nacionalista desde hace unos años (por eso el gobierno legal había apartado en efecto a estos responsables militares del país. Sanjurjo estaba en el exilio en Portugal, Mola en Pamplona y Franco en las Canarias), este acontecimiento, la muerte de Calvo Sotelo, es la impulsora de estos para llevarlo a cabo. Además, este hecho también hace que Franco decide aliarse con ellos para llevar a cabo esta conspiración. Por tanto, los tres generales se aliarán para quitar a los Republicanos del poder, haciendo así estallar la guerra civil española.

El detonante: el golpe de estado de julio de 1936[]

La conspiración militar[]

Conspiardores

Principales conspiradores

La conspiración militar para desencadenar un «golpe de fuerza » que derribara al gobierno se puso en marcha nada más formarse el gobierno de Azaña el 19 de febrero de 1936, apoyándose inicialmente en las tramas golpistas que se habían rehecho tras el fracaso de la insurrección militar de agosto de 1932 encabezada por el general Sanjurjo. El 8 de marzo tuvo lugar en Madrid, en casa de un amigo de Gil Robles, una reunión de varios generales (Emilio Mola, Luis Orgaz Yoldi, Villegas, Joaquín Fanjul, Francisco Franco, Ángel Rodríguez del Barrio, Miguel García de la Herrán, Manuel González Carrasco, Andrés Saliquet y Miguel Ponte, junto con el coronel José Enrique Varela y el teniente coronel Valentín Galarza, como hombre de la UME), en la que acordaron organizar un «alzamiento militar» que derribara al gobierno del Frente Popular recién constituido y «restableciera el orden en el interior y el prestigio internacional de España»

No se llegó a acordar el carácter político del “movimiento militar”, pero para su organización recurrirían a la estructura clandestina de la UME integrada por oficiales conservadores y antiazañistas y llegaron a fijar la fecha del golpe, para el 20 de abril, pero las sospechas del gobierno y la detención de Orgaz y Varela, confinados en Canarias y en Cádiz, respectivamente, les obligaron a posponer la fecha.

El general Gonzalo Queipo de Llano (jefe de los carabineros), que estaba organizando otra conspiración golpista por su cuenta, visitó a Mola en Pamplona el 12 de abril. Tras informarse mutuamente de sus respectivos planes decidieron colaborar.  El 19 de abril el general Rodríguez del Barrio abortó un alzamiento militar en Madrid, en parte por el cáncer que sufría y en parte porque creía que la policía estaba al corriente de la conspiración. La coordinación de la conspiración pasó entonces a Mola.

El general Mola, que adoptó el nombre clave de «el Director», continuó con el proyecto de constituir una Junta Militar presidida por el general Sanjurjo, y comenzó a redactar y difundir una serie de circulares o «Instrucciones reservadas» en las que fue perfilando la compleja trama que llevaría adelante el golpe de Estado.

La primera de las cinco «instrucciones reservadas» la dictó el 25 de mayo y en ella ya apareció la idea de que el golpe tendría que ir acompañado de una violenta represión. Mola logró que se uniera a la conspiración otro general republicano, además de Queipo de Llano, el general Miguel Cabanellas, jefe de la V División orgánica, con quien mantuvo una entrevista en Zaragoza el 7 de junio en la que acordaron las medidas para dominar la oposición que «opondría la gran masa sindicalista» y la organización de las «columnas que habían de oponerse a que los catalanes pudieran invadir el territorio aragonés».

Mola consiguió comprometer en el golpe a numerosas guarniciones, gracias también a la trama clandestina de la UME dirigida por el coronel Valentín Galarza (cuyo nombre clave era «El Técnico»).

El problema de los militares implicados era que, a diferencia del golpe de estado de 1923, ahora no contaban con la totalidad del Ejército (ni de la Guardia Civil ni las otras fuerzas de seguridad) para respaldarlo. Tampoco podían contar como en 1923 con la connivencia del jefe del Estado (el rey Alfonso XIII entonces, y el Presidente de la República Manuel Azañaahora). Una tercera diferencia respecto de 1923 era que la actitud de las organizaciones obreras y campesinas no sería de pasividad ante el golpe militar, como en 1923, sino que como habían anunciado desencadenarían una revolución. Por estas razones se fue retrasando una y otra vez la fecha del golpe militar, y por eso, además, el general Mola, «el Director», buscó el apoyo de las milicias de los partidos antirepublicanos (requetés y falangistas) y el respaldo financiero de los partidos de la derecha.

Mola se negó inicialmente a aceptar las exigencias de los carlistas. Sin embargo el 11 de julio Sanjurjo aceptó las principales reivindicaciones carlistas y el 14 estos anunciaron su adhesión al levantamiento. El 10 de julio también se unieron al plan de Mola José Calvo Sotelo y su partido, Renovación Española. En cuanto a las milicias falangistas, en principio su líder José Antonio Primo de Rivera, preso en Alicante, se manifestó dispuesto a colaborar, pero exigió su parcela de poder, lo que no fue admitido por los generales conjurados, por lo que su participación fue en principio aparcada.

Plan militar y político de la sublevación[]

El plan del general Emilio Mola, "el Director", era un levantamiento coordinado de todas las guarniciones comprometidas, que implantarían el estado de guerra en sus demarcaciones, comenzando por el Ejército de África. Como se preveía que en Madrid era difícil que el golpe triunfase por sí solo (la sublevación en la capital estaría al mando del general Fanjul), estaba previsto que desde el norte una columna dirigida por el propio Mola se dirigiera hacia Madrid para apoyar el levantamiento de la guarnición de la capital. Y por si todo eso fallaba también estaba planeado que el general Franco, después de sublevar las islas Canarias se dirigiría desde allí al Protectorado de Marruecos a bordo del avión Dragon Rapide, fletado en Londres el 6 de julio por el corresponsal del diario ABC Luis Bolín gracias al dinero aportado por Juan March, para ponerse al frente de las tropas coloniales, cruzar el estrecho de Gibraltar y avanzara sobre Madrid, desde el sur y desde el oeste. El 24 de junio Mola modificó sustancialmente el plan de la sublevación, estableciendo que el Ejército de África debería “organizar las columnas mixtas, sobre la base de la Legión, una en la Circunscripción Oriental y otra en la Occidental, que desembarcarán, respectivamente, en Málaga y Algeciras.” Desde estos puertos los sublevados convergerían en Córdoba y a continuación marcharían sobre Madrid por Despeñaperros.

Inicio de la Guerra civil Española[]

El 17 de julio de 1936, cuatro días después del asesinato de Calvo Sotelo, el General Francisco Franco, encabezo un levantamiento general en las Islas Canarias, para luego pasar a Marruecos español, siendo secundado por otras guarniciones en la península.El alzamiento militar fue considerado por sus protagonistas como un pronunciamiento del ejército, “unido a las demás fuerzas de la nación”, para restablecer el orden publico, el principio de autoridad y para defender la unidad de España. Los militares golpistas de África atravesaron el Estrecho de Gibraltar, en agosto de 1936. Así se inició una sangrienta guerra civil entre dos frentes. Por un lado, los izquierdistas, apoyado por Rusia, Francia e Inglaterra y, por otro lado, los derechistas, con el respaldo de la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler.

Los militares sublevados no consiguieron alcanzar su objetivo principal de apoderarse del punto neurálgico del poder, Madrid, ni de las grandes ciudades, como Barcelona, Valencia, Bilbao, Málaga o Murcia (aunque sí controlaban Sevilla, Valladolid, Zaragoza y Córdoba), pero dominaban cerca de la mitad del territorio español, ya que controlaban prácticamente el tercio norte peninsular (Galicia, León, Castilla la Vieja, Álava, Navarra, gran parte de la provincia de Cáceres, incluida la capital, y la mitad occidental de Aragón, incluyendo las tres capitales provinciales), menos la franja cantábrica formada por Asturias, Santander, Vizcaya y Guipúzcoa, que quedó aislada del resto de la zona republicana, y Cataluña. Además dominaban las ciudades andaluzas de Sevilla (donde el general Gonzalo Queipo de Llano se hace con inusitada determinación con el mando de la 2.ª División Orgánica), Córdoba y Cádiz conectadas entre sí por una estrecha franja (así como la ciudad de Granada, pero aislada del resto), más todo el Protectorado de Marruecos y los dos archipiélagos, Canarias (menos la isla de La Palma) y Baleares (excepto Menorca).Así comenzaría la Guerra Civil Española.

El desarrollo de la Guerra.[]

Primeros meses: Julio-Septiembre de 1936[]

Guerra Civil Guararrama Caballeria del Frente Popular por Santos Yubero

Caballería del Frente Popular en Guadarrama

El mismo día 19 de julio en que fue sofocada la rebelión en Madrid, salieron de la capital hacia la sierra de Guadarrama varias columnas compuestas por milicianos y por tropas de las unidades militares que habían sido disueltas por orden del gobierno para evitar que se pudieran sumar a la sublevación. Allí consiguieron impedir que las columnas de los sublevados enviadas por el general Mola desde Castilla y León y desde Navarra consiguieran atravesar los puertos de montaña de la sierra madrileña y llegar a la capital. El frente norte de Madrid quedó así estabilizado hasta el final de la guerra.  Esta primera campaña de la Guerra Civil fue conocida con el nombre de batalla de Guadarrama

Balaguer aznar

Alfonso Balaguer

En el frente del norte, en Asturias, los leales a la república en Gijón han logrado capturar a Alfonso Balaguer Aznar, jefe de los Carlistas en Asturias, descabezando así esa gran parte de la resistencia sublevada. Aprovechando la situación de desconcierto, Gregorio Barba, Capitán General de Gijón, se traslada a Avilés para organizar el asedio de Oviedo.

En Cataluña, la sublevación de Goded no ha salido como lo esperado, pero en Lleida, una facción del ejército y la Guardia Civil, capitaneados por el Coronel Oscar Abreu, consigue sublevar la Provincia, quedando esta separada del Gobierno de Burgos, capital Sublevada junto a Las Baleares.

A finales de Agosto, Barba da la orden de fusilar a Balaguer, con el objetivo de minar la moral de los carlistas. Ese mismo día, el 31 de Agosto, se da la orden de sitiar Oviedo. Comienza la guerra en serio en el frente del Norte.

Carvajal

Augusto Carvajal

Tras dos meses de actividad bélica en Jaén, Augusto Carvajal, líder del requeté carlista de Jaén,consigue sublevar Jaén, el sur de la comarca jienense llamada Campiña, Sierra Sur y Sierra Mágina. Carvajal se niega a ponerse bajo las ordenes de Queipo de Llano, acusándolo de Republicano. Empieza la tensión en el frente del sur.

Volviendo al Norte, en Asturias, el cerco de Oviedo está funcionando. Gregorio Barba ha logrado estabilizar el control sobre prácticamente toda la ciudad. Finalmete el día 7 de septiembre el propio Antonio Aranda Mata, general golpista, rinde Asturias ante Isidro Liarte, gobernador civil de Oviedo. Este hecho marcará la caída del frente norte nacionalista.

El 9 se reúnen de urgencia los líderes republicanos en Gijón, donde queda acordado que el líder de las operaciones en el norte será Gregorio Barba, quién se trasladará a León, a gestionar el frente.

La guerra se reanuda en Cataluña. Abreu saca la artillería y se dispone a atacar la Franja, zona que separa Aragón de Cataluña. Este error de sacar a los más fuertes y prácticamente todos los militares de la capital a tomar una zona sin valor militar le cuesta al coronel la pérdida de el norte de Lleida, ya que había dejado prácticamente desprotegida la provincia.

Octubre- Diciembre de 1936: La guerra en el Norte y el asedio de Lleida.[]

Siguiendo con su plan, Gregorio Barba lanza una ofensiva con un mecanismo similar a la Wermacht de la Alemania Nazi sobre León a finales de Septiembre. La ofensiva se desarrolla con extrema violencia por ambas partes. Tras prácticamente 1 mes de intensa guerra en León, los republicanos retoman el control de las comarcas de Laciana, Babia Luna, Omaña y La Montaña el 29 de octubre de 1936.

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Coronel Oscar Abreu

En Lleida, Abreu está perdiendo el control de la situación. La aviación republicana está sobrevolando día y noche la ciudad de Lleida, y el enemigo avanza por el norte apoyado por la aviación Francesa. Es en ese momento cuando Abreu contacta con Benito Mussolini, quién una semana después, accede a la petición de trasladar flota italiana a las costas de Cataluña. Abreu manda a la flota italiana a atacar en Barcelona. Empieza la guerra en el Mar. Por una cuestionada victoria, los Republicanos salen victoriosos del asedio de Mataró, donde han derribado la flota italiana.

Volviendo al Norte, en Cantabria se reciben el día 10 de octubre órdenes de Gijón de liberar la comarca de Campoo de los sublevados, conquistando la ciudad de Reinosa. Gregorio Barba designa al Coronel Santiago Arce Aranguren al mando de la operación. Sin intervenciones extranjeras, se desarrolla el sitio de Reinosa. La violencia se adueña de las calles de la ciudad durante dos semanas dado su punto estratégico. El 24 de Octubre, asediada por completo Reinosa y alrededores, la sección sublevada cántabra, liderada por el Teniente coronel de la Guardia Civil Luis Miguel Valentín, se rinde ante Arce Aranguren. El "director", ante el miedo que se tenía en sus filas por el incipiente poderío de Barba y a un posible ataque sobre el directorio de Burgos, Emilio Mola decide trasladarlo a Salamanca.

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Buenaventura Durruti y Lluis Companys

En suelo catalán, las columnas republicanas están desmontando la incompleta Defensa de Lleida. Gracias a las tropas francesas y su aviación, en cuestión de semanas queda desmontado a la mitad el frente norte de Lleida. Será entonces cuando Lluís Companys, presidente de la Generalitat Catalana se ponga en contacto con el anarquista Buenaventura Durruti para encabezar la columna que llevará su nombre para desmontar el frente sublevado catalán y enlazar la zona Libre de Aragón, gobernada por el Teniente Emilio Cano Arango y que constituye las comarcas de Ribagorza, Las Literas y Bajo Cinca.

El 3 de Noviembre La columna Durruti se une a otras dos columnas formadas por españoles y una tercera de militares franceses. Cuentan con el respaldo aéreo español y francés y algunos tanques. Este dispositivo de asedio se le suman los soldados aragoneses, que comienzan el asedio en Lleida. A mediados del asedio, la madrugada del 17 al 18 de Noviembre, se unen las fuerzas aéreas Británicas y las brigadas paracaidistas, precipitando así, el fin del gobierno golpista de Abreu. El 6 de noviembre, las tropas republicanas y aliadas llegan por un lado a Balaguer y por otro lado llegan a Lleida, tomando en una batalla larga y violenta los barrios de Cappont, Bordeta, Magraners, Secá de Sant Pere, Pardinyes, Mariola, Ciutat Jardí, Camp d'Esports, Joc de la Bola, Universitat y Balafia. Finalmente, el día 8 de noviembre, a primera hora de la mañana, la columna Durruti toma la Avenida de les Garrigues y sitian el Ayuntamiento, lugar donde estaba el mando golpista de Abreu. Finalmente, la ciudad de Lleida cae ante las fuerzas republicanas y aliadas la tarde del 8 de noviembre del 36. La toma de la provincia no terminará hasta casi la madrugada del día 8, debido al asedio de Balaguer. Finalmente, las tropas golpistas, faltas de munición, se rinden. Lleida ha caído y con ella la esperanza de estabilizar el Levante Español. Abreu es detenido y trasladado a Valencia.

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Lleida después del asedio republicano.

En el Norte, Barba vuelve al ataque para liberar León y ayudado por las brigadas paracaidistas inglesas y su aviación, las tropas de Barba entran en la comarca de Las Tierras de León la semana del 13 al 19 de noviembre, posicionándose en el norte de la comarca. Comienza la marcha sobre León. Las tropas sublevadas se ven minadas por la aviación Inglesa y Española en las ciudades de Cuadros, Sarriegos, Villaquilambre y Garrafe de Torío entre los días 20 de Noviembre y 9 de Diciembre.

Diciembre del 36 - Febrero del 37: Caída de León. Elecciones en el PCE y cambios en el Gobierno central. Inicio de la Batalla de Madrid. Asedio de Granada.[]

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Aviones Británicos sobrevolando la Plaza de la Inmaculada

Los hombres de Barba sorprenden con un ataque rápido a las guarniciones de León remontando el río Bernesga y entrando por el Puente de los Leones el día 10 de diciembre, estableciendo una barricada en la plaza de Guzmán el Bueno. El objetivo es avanzar hasta el ayuntamiento por la Avenida de Ordoño II para asaltar el Ayuntamiento y dirigirse a la Plaza Mayor para sitiar el Gobierno Civil. Por otro lado, se sitiarán la Telefónica y la estación de radio, colapsando así el centro neurálgico de la Provincia de León. La aviación republicana comienza la ofensiva por la Avenida, volando bajo y ametrallando a los soldados y parte la población civil que aún seguía en la calle. Una vez rota la defensa de la avenida, la 1ª columna marcha en dirección de la estación de Radio, la cual asaltan y tratan de capturar. La segunda y 3ª columna avanzan por la avenida apoyada por la misma aviación que había roto la defensa sublevada. Avanzan hasta la plaza de San Marcelo, donde están levantadas las barricadas revolucionarias.

La toma del ayuntamiento se desarrolla con violencia. Por otro lado, la 3ª columna se separa a la altura de la plaza de Santo Domingo, la cual se dispone a tomar el Gobierno Civil. Desfilan por la Avenida Ordoño II hasta llegar al Gobierno Civil. Allí se enfrentan a la Guardia de Asalto que custodiaba la entrada. En el momento del ataque, dos aviones Franceses que participaban en la toma de León sorprenden a la Guardia Civil que había llegado más tarde y a los militares que allí se encontraban. Como al inicio de la campaña, estos vuelan bajo y reducen el número de soldados enemigos de forma drástica. En ese momento, la tercera columna rompe la barricada y toma la plaza de San Marcelo. Tras casi dos fuego cruzado, los que ocupaban el ayuntamiento de León salen con las manos arriba y bandera blanca.

Para finalizar la ofensiva, era necesario tomar el control en la sede del Gobierno Civil. Se da la orden de que se reúnan las divisiones disponibles en la calle Ancha. Desde allí, apoyadas por la aviación y algunos carros de combate secuestrados, atraviesan las calles Varillas, Cardies y Plateria para irrumpir por la Calle Plegarias a golpe de metralla. Finalmente y tras 4 horas de fuego cruzado sin tregua con el apoyo aéreo, el Gobierno Civil es ocupado por los militares republicanos. Manuel Zarate, líder golpista de León es detenido y trasladado a Gijón.

Descabezada la provincia de León, las demás ciudades Leonesas tomadas por los revolucionarios no tardarán en perderse.

Batalla de Madrid[]

El 13 de diciembre cuando parecía que el ejército sublevado estaba a punto de entrar en Madrid, el gobierno de Largo Caballero decidió trasladarse a Valencia, encomendando la defensa de la ciudad al general Miaja que debería formar una Junta de Defensa de Madrid. Dos días después comenzó la batalla de Madrid.

Batalla de Madrid

Imágenes de la batlla de Madrid: Arriba, la defensa del Manzanares, en el centro la batalla de la Ciudad Universitaria y abajo un puesto de mando Rebelde en el Cerro de Garabitas

Dado que las fuerzas de los nacionales no eran superiores a las fuerzas republicanas que defendían Madrid (unos 23.000 efectivos), la penetración en la capital tendría que ser rápida y en un frente muy estrecho. Una columna atravesaría el río Manzanares al norte del Puente de los Franceses y avanzaría por la Ciudad Universitaria de Madrid para luego bajar por el Paseo de la Castellana. Otra columna cruzaría el Parque del Oeste para seguir por los bulevares y llegar a la plaza de Colón. Y una tercera cruzaría el barrio de Rosales para alcanzar la Plaza de España y la calle Princesa. Para apoyar este avance se consideraba fundamental tomar el cerro de Garabitas en la Casa de Campo donde se podía situar la artillería y desde allí bombardear la ciudad. El éxito de la operación dependía de que los republicanos creyeran que el ataque se produciría por el sur y concentraran allí sus fuerzas, pero en la noche del 14 al 15 de diciembre, precisamente en el momento que iba comenzar la batalla de Madrid, el teniente coronel Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor de la defensa de Madrid, conoció los planes de los atacantes gracias a los papeles encontrados en el cadáver de un oficial muerto del ejército sublevado.

Entre los días 16 y 19 de diciembre se produjeron violentos combates en la Casa de Campo. El día 17 los nacionales ocupaban el cerro de Garabitas y dos días después lograban cruzar el río Manzanares adentrándose en la Ciudad Universitaria. Pero de allí no pudieron pasar gracias a la resistencia que presentaron las fuerzas republicanas, reforzadas por la llegada de las primeras unidades de tanques soviéticos T-26  y de 132 aviones rusos "Moscas" y "Chatos" que disputaron la superioridad aérea a los 100 aviones de los rebeldes. El 22 de diciembre el general Franco desistió de continuar el infructuoso ataque frontal a la capital y el frente quedó ese día estabilizado.

Elecciones en el PCE.[]

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Acto de presentación del vencedor en la sede del PCE. El sujeto señalado con el círculo es Uribe y la primera mujer de la fotografía es Dolores Ibarruri, "la Pasionaria"

Coincidiendo con la toma de León, en el PCE se están preparando las campañas para suceder a la secretaria general Dolores Ibarruri. En estas campañas se presentan la actual secretaria, Santiago Carrillo Solares, Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid y Secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas y Vicente Uribe Galdeano, Ministro de Agricultura de España y Diputado en Cortes Generales por Jaén. Los sondeos apuntan hacia Santiago Carrillo, aunque finalmente, los resultados escrutados revelan que el ganador de la votación y por consiguiente secretario general del Partido Comunista Español es Vicente Uribe Galdeano con 48 votos a favor. Le siguen Dolores Ibarruri con 20 votos y Santiago carrillo con 30.

Uribe Galdeano, presidente del Consejo de Ministros[]

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Vicente Uribe Galdeano

Ante el clima de tensión entre socialistas, socioliberales y comunistas en la calle, Manuel Azaña decide junto a Niceto Alcalá Zamora, ex presidente de la república y miembros notorios del gobierno, que necesitan un puente de unión entre estas ideologías, son tiempos de guerra y lo que más preocupa son las divisiones entre ideologías y la situación que pueden provocar en este clima de batalla. La decisión es clara y concisa: "Los Comunistas tienen que llevarse el premio" afirma Alcalá Zamora. El recién estrenado como presidente del PCE, Vicente Uribe, es el puente unión que necesitan, dado que sus tendencias comunistas son muy cercanas tanto al socialismo del PSOE como a las bases del comunismo puro. Coincidiendo con la fervorosa victoria republicana en Madrid, Manuel Azaña decide cesar a Largo Caballero del cargo de Presidente y ascender a Uribe como Presidente del Consejo de Ministros.

Aviones sobre la Alhambra. Reconquista de Granada.[]

Augusto Carvajal prosigue con la negativa de reconocer a De Llano como líder en el Sur y se postula como alternativa. Esto es tomado muy en serio en la cúpula, ya que lo que menos le conviene al bando nacional es una división y menos con los carlistas que están defendiendo el norte. La tensión se recrudece cuando Carvajal destituye a varios altos cargos del gobierno provisional revolucionario de Granada que eran leales a Queipo. Es entonces cuando se deciden tomar medidas drásticas. Pero hay un inconveniente y es Málaga. Hay que atajar el problema granadino y conquistar Málaga. Finalmente, una élite de militares serán los encargados de liquidar el problema y poner orden en Granada.

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Roque Villalobos

La crisis de Granada llega a oídos del bando enemigo e inmediatamente, una columna de milicianos liderada por Gregorio Roque Villalobos se ponen en marcha hacia Granada. Cuentan, además con el respaldo aéreo de los soviéticos que estaban en el Aeródromo de El Ejido.

El cuerpo de élite capitaneado por el coronel Francisco Infantes llega a Granada y es recibido por los ex altos cargos del gobierno provisional revolucionario en la Sierra. Desde allí, gestionarán el ataque a la Capitanía General.

A la columna de Gregorio se une una columna formada por miembros de la CNT - FAI llamada la Columna Maroto dirigida por el militante anarquista español Francisco Maroto del Ojo que constaba de 270 hombres, pero que al sumarse a los hombres de Roque crecerá, llegando a las 6 centurias (600 hombres y mujeres) y más tarde se cree que aproximadamente los 1.000. Marchará a Granada, por el lado contrario que la columna de Francisco Infantes, por el este.

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A primera hora de la mañana, los soldados de la columna de Infantes y los que respaldan a De Llano entran en Granada a golpe de Metralleta. Cunde el caos. Las tropas de Infantes logran controlar los arrabales de la Ciudad al norte (Almanjayar, Campo Verde, Casería Montijo, Cartuja y La Paz). Casi al mismo tiempo que los "Llanistas" , la columna Roque entra por el Distrito de Genil, tomando Bola de Oro, Carretera de la Sierra y el Camino de los Neveros. La aviación Soviética del Ejido ha dejado limpio el camino a los milicianos de Maroto y logran tomar el Barrio de Sacromonte y parte del Albayzin.

Los carvajalistas controlan de momento la mayor parte del terreno pero han perdido la aviación ya que la mandaron a otro frente. Ese factor juega en su contra. Los hombres de Infantes lanzaran un nuevo ataque en pinza sobre el Distrito de Beiro, tomando San Fco. Javier y La Cruz. Viéndose rodeado, Carvajal decide parapetar los Barrios de San Lázaro, San Ildefonso y el Centro Urbano. Carvajal se encierra en la Capitanía General y moviliza a todas las Unidades a defender la Capitanía. Concentra un gran número de Soldados en la los barrios parapetados. Aprovechando esto, los hombres de Roque toman Cervantes y la mitad del Barrio Centro - San Matías - Realejo, comunicándose con los soldados de Maroto. Los llanistas logran controlar el Distrito de Beiro no parapetado. Pero algo inesperado ocurre: En la zona de Pajaritos estalla una revolución obrera a la que más tarde se une el distrito de Ronda

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