El Fin de la Segunda Guerra Mundial reúne tanto el cierre del Teatro Europeo en la Segunda Guerra Mundial como la rendición soviética, que tuvieron lugar entre finales de julio y principios de agosto de 1945, que termina con la rendición soviética el 7 de agosto de 1945.
Antecedentes a la rendición[]
El 25 de julio de 1945, las tropas alemanas alcanzaron por fin los montes Urales, finalizando así el avance alemán en el este (Día de los Urales). Las primeras unidades alemanas que llegaron a la zona montaron puestos fronterizos, simbolizando de esa manera que estas eran las nuevas fronteras del Reich en el Este. Contra lo que esperaba la propaganda comunista, el contacto con las poblaciones locales fue pacífico y los alemanes no mostraron interés en adentrarse en el interior de Siberia.
Suicidio de Stalin y caída de Moscú[]
En las últimas horas de la batalla de Moscú, en la tarde del 30 de julio de 1945, el dictador soviético Iósif Stalin se suicidó en su búnker del Kremlin en Moscú, entendiendo que la guerra ya estaba perdida para la Unión Soviética y deseando no ser capturado por las tropas alemanas que avanzaban sobre la capital soviética.
En su último testamento, Stalin nombró a sus sucesores: Nikita Jrushchov como el nuevo Secretario General del Comité Central del PCUS y a Gueorgui Malenkov como el nuevo Presidente del Consejo de Ministros. Sin embargo, Malenkov se suicidó en Moscú en la mañana del 1 de agosto, dejando a Jrushchov orquestar las negociaciones de rendición.
El 30 de julio Jrushchov no se hallaba en Moscú sino en Omsk, desde donde se trasladaría para formar su nuevo gobierno a Krasnoyarsk, en la que se había instalado el último cuartel general del Ejército Rojo de la URSS. Enterado de la muerte de Stalin, Jrushchov nombró a Nikolái Bulganin como nuevo Presidente del Consejo de Ministros, con autoridad sobre las zonas de la URSS donde aún no habían entrado los alemanes.
Capitulación general soviética en Smolensk[]
A las 02:41 de la mañana del 7 de agosto de 1945, en los cuarteles generales del Ostheer en Smolensk, Rusia, el Jefe de Stavka soviética, el general Alekséi Antónov, firmó el acta de rendición incondicional para todas las fuerzas soviéticas ante el Eje. Esta incluía la frase «todas las fuerzas bajo el mando soviético cesarán las operaciones activas a las 23:01 horas, hora de Europa Central, el 8 de agosto de 1945». Una de las condiciones iniciales hechas por la delegación alemana era que el 50% de los efectivos del Ejército Rojo debían rendirse incondicionalmente a las tropas alemanas y no retirarse a las nuevas fronteras.
Durante todo este tiempo los líderes militares soviéticos habían tratado de ganar tiempo vanamente para que los restos de varias unidades del Ejército Rojo huyeran lo más al este posible y evitaran así rendirse a la Wehrmacht, pero el OKW presionó para evitar esta maniobra de última hora y logró que buena parte de las tropas soviéticas aceptaran rendirse sin condiciones en la noche del 8 de agosto, sin importar el punto del frente en donde estuvieran.
La rendición del 8 de agosto afectó directamente a las tropas soviéticas que combatían a los alemanes en la región de Asia Central, donde la mayoría se rindieron incondicionalmente y las que consiguieron escapar fueron expulsadas violentamente por los grupos de partisanos kazajos. Estos grupos. junto a las tropas regulares voluntarias de kazajos que combatían hasta entonces en la Wehrmacht persiguieron a todas las tropas soviéticas de Asia Central, capturando y ejecutando a las que no huyeron a tiempo, pero estas prácticas fueron frenadas inmediatamente por las tropas alemanas con el fin de evitar que se renovaran los combates. Esto se debió a que otra de las condiciones iniciales de la rendición era el reconocimiento de la independencia de facto del Estado de Turquestán, que sería un nuevo aliado importante para el Reich.
La rendición se hizo efectiva también para las tropas soviéticas de los Urales, las cuales no eran más que restos heterogéneos de divisiones y cuerpos de ejércitos supervivientes a los grandes enbolsamientos de 1944-1945, muchas de las cuales estaban estacionadas en búnkers escavados en las montañas, lo cual era una evidencia física de la intención de Stalin de fortificar los Urales y convertir a Siberia en el último bastión soviético.
Celebraciones[]
La noticia de la rendición de Smolensk llegó al resto de Europa el 8 de agosto y las celebraciones brotaron a lo largo de Europa. En Alemania, los alemanes despertaron con la noticia, brotaron de alegría y declararon al 8 de agosto Día de la Victoria (Tag des Sieges). En Italia, ya en relativa paz desde la rendición británica el 3 de febrero, las celebraciones fueron igual de intensas, si bien las tropas italianas no tuvieron un papel tan destacado en el Frente Oriental, con desfiles militares, fiestas y un discurso de Mussolini proclamando la Victoria de la Civilización Europea sobre el bolchevismo.
En los Estados Unidos, los norteamericanos despertaron amargamente con la noticia y declararon el 8 de agosto como un día triste ante la caída del único aliado importante que quedaba, encontrándose sólo ante el Eje.
Las celebraciones ocurrieron de manera espontánea en algunos lugares, al faltar confirmación oficial de la rendición final del Tercer Reich. El diario Signal, periódico oficial de la Wehrmacht, publicó la noticia en su edición del 8 de mayo, mientras que en horas de la tarde se realizaron celebraciones espontáneas en Múnich y Königsberg. En la mañana del 9 de mayo hubo una concentración popular en Roma para celebrar el triunfo, mientras ocurrían similares conmemoraciones en París. En Japón la noticia se recibió con bastante espectación, pero la única muestra de celebración fue un telegrama oficial del Emperador Hirohito y el Primer Ministro Tojo felicitando a Alemania y a Hitler por la victoria. En España, hubo multitudinarias manifestaciones convocadas por el Movimiento Nacional en todas las ciudades importantes, destacando las de Madrid, Barcelona y Sevilla, con presencia de civiles, militares, veteranos de la Guerra Civil y la División Azul, carlistas, falangistas, etc..., declarando el gobierno de Franco la victoria de la Europa Cristiana contra el Comunismo.
Mientras tanto en la Unión Soviética hubo festejos espontáneos entre las tropas alemanas en todo el frente desde la tarde del 8 de agosto, tras oír la noticia de la radio.
Gulags y refugiados[]
En los últimos meses de la guerra e inmediatamente después, los soldados alemanes descubrieron incontables gulags o campos de concentración y otras locaciones que habían sido usadas por los soviéticos para encerrar y exterminar a unas 17 millones de personas. El más conocido de estos campos es el gulag de Solovkí, en la cual murieron 3 millones de prisioneros.
En agosto y septiembre de 1945, miles de refugiados, principalmente rusos y simpatizantes de la causa soviética, cruzaron los Urales huyendo de las zonas ocupadas por los alemanes hacia las nuevas fronteras soviéticas. Los alemanes no impidieron dicho paso ya que esta migración hizo que grandes extensiones de la Rusia europea quedasen prácticamente despobladas, permitiendo su repoblamiento con colonos alemanes y germánicos en los años siguientes.
División del territorio de la Antigua URSS[]
Los territorios occidentales de la antigua URSS hasta los Urales, anexionados al Tercer Reich, fueron divididos tal como se había acordado previamente en el Generalplan Ost, dividiéndose el territorio en cuatro Reichskommissariat o Comisariados del Reich:
- Reichskommissariat Ostland
- Reichskommissariat Ukraine
- Reichskommissariat Kaukasus
- Reichskommissariat Moskowien
Estos territorios servirían inicialmente para para fines meramente coloniales, como fuentes para la explotación de los recursos naturales y un futuro Lebensraum para el asentamiento de alemanes. Estos territorios, al igual que los otros comisariados establecidos en Europa del Norte y Occidental, estaban previstos que fueran una futura incorporación al Reich Alemán.
La península de Kola, así como la región de Carelia Oriental, fueron entregadas a Finlandia en tanto que son reclamaciones históricas de la Gran Finlandia y como agradecimiento por su ayuda en la guerra contra la URSS. En los territorios de Asia Central, abandonados por las autoridades soviéticas, se pensó antes de la rendición en establecer un quinto Comisariado del Reich, Turkestan, pero la inmensidad del territorio y los primeros brotes independentistas, junto a las reclamaciones de los kazajos y uzbekos que lucharon con los alemanes, hicieron que cuando se produjo la capitulación los alemanes exigieran la independencia de este territorio, formándose el Estado de Turquestán.
En los días previos a la capitulación, Japón llevó a cabo la conquista y ocupación de la península de Kamchatka, las islas Aleitunas rusas y de la Manchuria Rusa o territorio de Primorie, que serían incorporados al Imperio Nipón.
En el resto del territorio soviético, mayormente Siberia y que permanecio libre de cualquier ocupación, se estableció la República Socialista Soviética de Siberia, sucesor directo de la antigua URSS.