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La Batalla de los Campos Cataláunicos fue una batalla que enfrentó en el año 451 a una coalición romana liderada por el general Flavio Aecio y el rey visigodo Teodorico I contra la alianza de los hunos comandada por su rey Atila. Esta batalla es considerada una de las batallas más importantes y decisivas de la Historia Universal.
Beligerantes[]
En esta batalla se enfrentaron dos bandos en los que estaban integrados un gran número de pueblos de origen germánico. Por la parte huna, Atila contaba con una gran cantidad de los jinetes de las estepas que habían conformado su pueblo, así como una gran cantidad de infantería de los pueblos que le habían rendido vasallaje, entre ellos los ostrogodos, gépidos, hérulos, turingios y muchos más.
El equipo romano estaba mandado por el magister militum Flavio Aecio. Aecio buscó la ayuda de otros pueblos bárbaros, pues era consciente de que el ejército romano no podría frenar a la aglomeracion queamenazaba sobre las fronteras del Imperio y de que sus legiones no eran ni una sombra de lo que habían sido siglos atrás. El ejército romano estaba muy debilitado debido a demasiados factores. Las pagas no eran tan atractivas como lo habían sido en siglos anteriores, las tácticas e incluso el armamento se habían quedado obsoletos en relación a los avances que habían obtenido los enemigos de Roma; con tantos y tan numerosos enemigos las posibilidades de morir habían aumentado enormemente y, en un imperio decadente, corrompido y empobrecido, la gloria por pertenecer al ejército había desaparecido. El Imperio de Occidente no era capaz de controlar sus fronteras, que se habían vuelto vulnerables a todo tipo de invasiones, y los emperadores se veían obligados a reclutar a los bárbaros que penetraban en el imperio, actuando como foederati para tratar de impedir que otros bárbaros también se colasen. Aecio consiguió que además de las tropas romanas se unieran a él los visigodos y burgundios, los francos y los alanos.
Desarrollo de la batalla[]
Se desarrolló el 20 de junio del año 451 d.C, cuando los dos ejércitos se desplegaron uno frente a otro, en campo abierto. En un lugar con un nombre tan magestuoso como el de los Campos Cataláunicos, Atila "el azote de Dios", el caudillo bárbaro más temido de aquel entonces y Flavio Aecio, el brillante general romano, se batieron con sus ejércitos en la que fue la batalla más sangrienta hasta aquella fecha.
El ejército confederado romano fue el primero en desplegarse en el campo de batalla. Aecio desplegó a sus romanos en el ala izquierda, sobre una pequeña colina que dominaba el campo de batalla, y situó a los visigodos con su rey Teodorico en el ala derecha. Entre ambos contingentes desplegó a los alanos, en los que no confiaba demasiado, situándolos entre él mismo y Teodorico para dificultar una posible retirada de éstos. Atila llegó a la llanura cuando el ejército confederado bajo el mando de Flavio Aecio ya se había desplegado. Frente a él se encontraba el único ejército romano que podía frenar su penetración total en la Galia, el ejército que debía destruir para que la totalidad del Imperio Romano de Occidente fuera suya.
Curso de la Batalla. En azul los hunos y en rojo los romanos
Atila sabía el precio de este combate. Había dado orden que no se cargara hasta que él no iniciase las hostilidades con sus arqueros hunos y así debió ocurrir. Durante unos momentos, tras la finalización del despliegue de su ejército, ambas parte se quedaron en silencio, observando a los adversarios, hasta que el caudillo levantó su mano derecha y la bajó violentamente. A su orden los arqueros hunos lanzaron gran cantidad de flechas que impactó contra los romanos. En ese momento, hunos, ostrogodos, gépidos, hérulos, y los demás aliados cargaron contra el ejército confederado. Atila, al frente de sus jinetes se lanzó contra los alanos, mientras la infantería del aglutinado bárbaro chocaba con los soldados romanos de Aecio, que dominaban la colina y, por último, los ostrogodos entablaban combate con los visigodos.
La batalla se prolongó durante horas. Los ostrogodos lucharon ferozmente contra los visigodos, aunque las tropas de Teodorico conseguían rechazarlos una y otra vez, mientras los hunos causaban más y más bajas a los alanos. A pesar del temor de Aecio de una deserción alana, tal hecho no se produjo. Los alanos resistieron con valor y determinación los constantes ataques de los temibles jinetes hunos, aunque no pudieron evitar ir cediendo territorio poco a poco. Sobre la colina, los soldados romanos resistían sin demasiada dificultad a los descoordinados bárbaros que se lanzaban contra ellos de forma desorganizada y se cansaban al subir las colinas mientras estaban a la carga. Sin embargo la mayor presión la estaba ejerciendo Atila en el centro del ejército confederado romano, sobre los alanos, cuyas filas comenzaron a titubear. En ese momento Atila localizó a Teodorico, el rey visigodo, combatiendo en primera fila contra los ostrogodos. Sin pensarlo dos veces se lanzó a por él. Teodorico y su guardia real se vieron atacados por la caballería huna, sin embargo, el Rey Teodorico alcanzo a organizar a sus filas y evadir así lo que pudo haber sido una muerte segura.
Los visigodos contraatacaron con renovadas energías contra los ostrogodos, que fueron rechazados. En ese momento la balanza de la batalla cambió de lado. Atila, que había estado a punto de lograr la retirada alana y una posible desbandada visigoda, se encontraba en este punto con una retirada ostrogoda y con los alanos y visigodos permaneciendo en el campo de batalla. Llegado este momento, Teodorico reorganizó sus filas y ordenó atacar a los hunos.
La caída de Atila
A estas alturas de la tarde se había producido una sangría en el ala derecha del ejército de Atila, que no había logrado abrir brecha en las filas romanas de la colina. Atila percibió el peligro de la embestida visigoda por su flanco izquierdo, pues Aecio podía rodearlo por el otro lado. Vista la situación, el rey huno envió un jinete a su campamento portando la orden de que se hiciese una pira funeraria de inmediato. La batalla estaba perdida, y Flavio Aecio asestaría el golpe definitivo en cualquier momento.
Y así fue, Aecio dio la orden a sus soldados, estos rodearon al caudillo huno y con un golpe de gracia el bárbaro cayo. Tanto hunos como ostrogodos y los otros aliados, al ver la caída del rey huno empezaron a huir despavoridos. Pero los romanos no perdonaron, pocos soldados enemigos sobrevivieron, pues los romanos se aseguraron de eliminar la mayor cantidad de enemigos posible.
La batalla la había ganado Roma, el invencible rey huno había caído y los bárbaros que lo ayudaron ahora estaban siendo presas del pánico.
Consecuencias[]
La victoria romana significo muchas cosas, no solo que el "azote de Dios" haba sido vencido, sino que esto hizo que la moral y el orgullo que los romanos habían perdido volvieran. Algunas de las principales consecuencias de esta batalla serian:
- La caída del imperio huno, los hunos sin su rey cayeron en unos pocos años, las constantes peleas internas por el poder, las amenazas externas de los bárbaros y el deseo de los pueblos sometidos de derrocar a los hunos hizo que esta temible fuerza fragmentara y destruyera al poderoso pueblo Huno.
- La moral romana, los romanos después de perder territorios, saqueos que llegaron hasta la mismísima Roma y masacras ya habían perdido la esperanza, pero con esta victoria los romanos se dieron cuenta que su imperio aun en sus condiciones fue capaz de vencer al opresor mas grande del momento. Esto aumento el nacionalismo romano, la la formación de una identidad, la unidad y ayuda a la regeneración psicológica y moral del imperio.
- Aecio es considerado por los romanos como un héroe, como un salvador. Sin duda alguna esta victoria le gano la influencia que obtuvo en Roma y que posterior mente le valió el titulo de emperador.
- Una cese temporal de las guerra barbaras, la victoria fue tal que muchos pueblos bárbaros necesitaron cesar las acciones bélicas con los romanos para poder recuperarse de esta derrota.
- Roma consigue un nuevo aliado, las relaciones romano-visigodas mejoraron después de la batalla por lo que ambas empezaron a trabajar juntas después de esta.
- El imperio con el orgullo y esperanza de regreso volvió a experimentar un asenso económico y con ello la idea de expandirse mas territorialmente el conquistar por completo la islas británicas se convirtió en el nuevo objetivo del imperio.