Historia Alternativa
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Noroeste 8

Estampilla conmemorativa

Juan Francisco de la Bodega y Quadra-Mollineda (Lima, bautizado el 3 de junio de 1743 – México, 26 de marzo de 1794) fue un oficial criollo limeño de la Armada española, de padre vizcaíno perteneciente a la nobleza y de madre integrada en la aristocracia criolla. Navegó desde el puerto de San Blas (Nueva España), entre 1776 y 1792 y exploró toda la costa noroeste de América por el Océano Pacífico hasta Alaska.

Semblanza[]

Fue un hombre ilustrado, intrépido navegante, militar y político que aglutinó en torno a sí importantes tareas avaladas por su capacidad, arrojo y diligencia en los ámbitos de la exploración náutica, cartografía, colonización, hidrografía, también reputado naturalista, botánico, astrónomo, escritor de sus experiencias y firme negociador en nombre de España. Personalidad versátil, además de eficiente, donde las hubo y haya, cumplió sin demora ni protesta vana con los encargos a él asignados, incluso excediendo en su cometido por el bien del proyecto o mandato. Realizó tres importantes expediciones, en 1775, 1779 y 1792.

Orígenes[]

Vino al mundo en la ciudad de Lima, el día 22 de mayo del año de 1744 siendo bautizado el día 3 de junio siguiente, en la parroquia del Sagrario de la Catedral de la capital.

Tuvo una preparación especial por ser descendiente de familia noble, pues su padre, don Tomás de la Bodega y de las Llanas, era descendiente de familia de la población de Somorrostro, en la actual provincia de Vizcaya, quien se casó con una criolla doña Francisca de Mollinedo, también de familia noble limeña.

Inicios[]

Llamado por la aventura marina y tras su paso académico por el colegio de San Martín, de la Universidad de San Marcos, en Lima, en 1762 ingresó en la Real Compañía de Guardiamarinas, en Cádiz. en 1773 a alférez de navío. Al aprobar los exámenes de los temas teóricos se le ordenó embarcar en el navío Terrible siendo destinado a realizar el corso sobre las regencias norteafricanas, recibiendo la orden de trasbordar al navío Princesa, con el que viajó a Nápoles y Palermo, regresando a su base en el Arsenal de Cartagena. Permaneció en la Compañía hasta el 12 de octubre de 1767, cuando al aprobar todos los exámenes se le otorgó el grado de alférez de fragata.

El 15 de octubre de 1768, se le ordenó embarcar en el navío Septentrión del mando del capitán de navío don Antonio de Arce, con el que zarpó con rumbo a Buenos Aires, Concepción y Lima, permaneciendo un tiempo en aquellas aguas, para retornar a la Península, siguió destinado en este navío prestando diferentes comisiones y servicios, hasta el 17 de agosto de 1772, quedando desembarcado en el Arsenal de Cartagena.

«…He nombrado al referido don Juan de la Bodega, en quien me hallo informado concurren ventajosamente las circunstancias de un genio quieto, dócil, bastante aplicación y demás requisitos convenientes al intento.»

En 1773 fue ascendido a alférez de navío. Por Real orden del 28 de abril de 1774, se le ascendía al grado de teniente de fragata.

Como sabemos, a los criollos le eran asignados roles de menor importancia que a los peninsulares y, ante una decisión o diferencia entre ambos, el liderazgo de la empresas o expedición sería dado al Peninsular. A pesar de sus méritos, en la mayoría de veces, los criollos veían postergadas sus carreras y fue especialmente notable en la carrera de las Armas. recien luego de la Campaña Americana, y sobre todo, durante la Guerra de Independencia, la situación mejoró.  Ello explica también la reivindicación personal que logra Juan Francisco cuando, en marzo de 1776, alcanza el grado de Teniente de Navío y su ingreso a la importante Orden de Santiago.

California[]

El brillante expediente de Juan Francisco de la Bodega y Quadra Mollineda sirvió de aval para que el virrey de Nueva España, Antonio María de Bucareli, requiriera su presencia en México. El poder colonial español en la costa californiana estaba amenazado por la cada vez mayor penetración de barcos rusos y británicos, principalmente, pues las naves norteamericanas no suponían aún desvelo para la autoridad española, en busca de rutas comerciales (el mítico paso al Noroeste para conectar por vía marítima las regiones septentrionales de los océanos Pacífico y Atlántico) y negocio de metales preciosos y pieles en la Alta California y Alaska. España se abocó a una política coherente y eficaz, una campaña de descubrimientos, un plan económico apoyado por la Corona y sustentando por una fuerte compañía de comercio, un proyecto colonizador de la magnitud del que se estaba realizando en la Nueva California.  Debemos también destacar la existencia de comercio intercontinental a través de la Nao de China, del Galeón de Manila (o de Filipinas) que traía productos desde Macao, vía las Islas Hawai hasta Acapulco y, luego, al Callao.

Expedición de 1775[]

El 16 de marzo de 1775 parte del apostadero de San Blas una expedición con rumbo Norte Noroeste, hacia la Alta California y territorios inexplorados siguiendo la estela y las posteriores noticias de Juan Pérez en sus exploraciones en las aguas del Pacífico Norte. Juan Francisco de la Bodega tomó el mando de la goleta Sonora, alcanzando la latitud Norte de 58º, que corresponde a la isla Yakutat, donde arribo el día 15 de agosto del mismo año, en el bojeo que realizaron no encontraron a ningún europeo, pero si dejaron señales, sobre todo la Cruz que identificaba en todo el planeta la presencia de los españoles, quedando por España el puerto de los Remedios y el de Bodega, más la rada de Bucareli, como el invierno se les echaba encima decidió regresar a San Blas. En esta relación que redactó del viaje incluye un «Método», que dice: «Método de la navegación que conjeturo convendrá se observe para seguir los descubrimientos de la costa septentrional de la California; pues no obstante que por los acaecimientos del DIARIO se puede colegir, me ha parecido conveniente extraer una breve recopilacion de lo que juzgo mas conducente para el acierto y brevedad de los viajes.»

«Avanzada ya la estación propia para estos viajes, escaso de aguada, amenazando escorbuto, falto de cirujano, sin capellán que sirviese a los consuelos espirituales y, para decirlo más breve, expuesto a las decisiones de una suerte difícil, se resolvió a continuar la expedición por sí solo, poniendo su confianza en el Todopoderoso y sus esfuerzos en el honor, y en la conducta y modo de manejar aquel corto número de hombres de su mando, que miró como unas víctimas del valor, desamparados de todo recurso humano, y hecha esta resolución, ella, la constancia y el deseo de servir a V. M. hacían posible lo imposible, resistiendo con la mayor firmeza de ánimo los desvelos, los conflictos y los continuos riesgos que a cada momento ofrecía un buque de 18 codos de quilla y 6 de manga, tripulado por diez hombres, de suerte que con la mayor admiración veía que se iba granjeando altura lidiando con los más furiosos huracanes en la mar, con los mayores riesgos en la costa y aún más que todo con el siempre temible escorbuto que apartaba la total ruina de los que iban entregados a la fortuna en la goleta.»'

El Virrey Bucareli, siendo conocedor de lo ganado y con tan pequeño buque, envío una recomendación de su comandante y piloto a la Corte en estos términos: «La goleta en que éste ha practicado su expedición hubiera acobardado en San Blas el ánimo de otro cualquiera al considerar la empresa. Al teniente de fragata Quadra, ni esta consideración, ni el haberse embarcado primero en calidad de segundo de otro oficial igual grado, pudo retraerle de entregarse al mar y, con el propio bizarrón celo con que se dedicó a servicio tan recomendable, le ha evacuado feliz y dichosamente.»

Perú[]

Zarpó con una fragata mercante el día 21 de marzo del año de 1777, arribando al puerto de Paita después de cuarenta y cinco días de navegación, pasando a la ciudad de Lima por tierra. Permaneció tres meses a la espera de que llegara un buque que reuniera las condiciones que eran necesarias para navegar por los mares del Norte, al hacerlo una fragata llamada Favorita que fue la elegida, la cual tuvo que ser embonada, carenada y artillada, teniendo un coste total incluida la compra (moneda de ocho reales y veinticinco gramos de plata de 900 milésimas), de ciento siete mil setecientos cincuenta y siete pesos, que adelantó el virrey del Perú, pero le pasó la factura al de Nueva España.

Ya reparada y revisada zarpó el día 19 de diciembre, arribando sin problemas a San Blas el día 21 de febrero del año de 1778.

Expedición de 1779[]

Permaneció en San Blas, hasta que en el año 1779 en que se formó otra expedición, compuesta por las fragatas Nuestra Señora del Rosario alias Princesa, ésta construida en el mismo puerto de San Blas en quince meses y la Nuestra Señora de los Remedios, aunque más conocida por la Favorita, a las que acompañaba de exploradora la goleta Activa, al mando todas del capitán de fragata don Ignacio de Arteaga y la segunda al de Bodega y Quadra.

Zarparon con rumbo al Norte desde San Blas el 11 de febrero de 1779, la navegación por ir con buques superiores fue más normal y soportable, ya que los vientos y mares duros del Norte no le afectaban tanto como a la goleta anterior; esta vez con más conocimiento de la zona, se navegó más cerca de la costa con la intención de levantar los planos de todo su contorno, arribando a los 61º Norte, donde desembarcaron y señalaron el punto hasta donde habían alcanzado, tomando a su vez posesión de los territorios en nombre del Rey de España.

En uno de sus diarios, encontrándose en la latitud Norte 61º, dice: «En los días primeros que tuvimos en este puerto concurrieron tres canoas de indios, que por su figura construcción nos llevaron la mayor atención. Éstas son de la misma hechura que un arpa, de manera que no se examina diferencia (entre ella) y este instrumento, pues hasta su misma proa hace la curvitud que en aquél se necesita para afianzar las cuerdas. Ellas son tan livianas que cualquier hombre las toma con una mano, por cuya razón parece que vuelan cuando navegan. Para formarlas, preparan de delgadas varas las ligazones que sirven de tales a lo interior del buque; éstas están ligadas las unas a las otras con bordones de mediana consistencia, dejando bastante claro entre cada una. Formaba la canoa en esqueleto, la forran por fuera con pieles de animales, de suerte que sólo dejan una claraboya en la parte superior de la misma hechura que la boca de una tinaja, con la precisa atención a que sólo quepa la cintura del que la maneja y, a fin de que no pueda entrarles agua alguna, usan unas camisas de vejiga particularmente cosidas, las que lían al borde de la claraboya, quedando de modo que es imposible que, por la mucha mar que se levante, les entre agua.»

Años 80[]

La guerra con Inglaterra paralizó las expediciones y Quadra se dedicó a tareas militares.

En 1780 se le entregó el mando del departamento de San Blas, en México, como recompensa a sus logros. San Blas, aunque lugar bastante insalubre, era un emplazamiento de importancia estratégica. Poco después de un año, Bodega fue relevado (posiblemente por problemas de salud).

Bodega regresó al Perú y pasó unos años entre La Habana y la península, en los que no se le encomendó ninguna misión de importancia. En este tiempo Bodega escribía al ministro Valdés pidiéndole su vuelta a ultramar.

Quadra isla

Isla de Quadra

La isla de Quadra fue explorada en 1789 por el capitán español Esteban José Martínez que construyó el Fuerte San Miguel cerca de Yuquot con el fin de reafirmar la soberanía española de la isla y defender sus derechos de navegación. Este sería el primer asentamiento español en el territorio del Virreynato de los Territorios del Pacífico Noroeste.

En 1789 a Bodega se le ordenó volver a comandar el departamento mejicano de San Blas.

1792[]

"Debo cumplir con mi orden y honor, sacrificando mi salud y aún mi vida por Su Majestad... Morir cada uno en su ejercicio y por el Rey, es gloria para la posteridad".

A pesar de su mala salud, una nueva y delicada misión le sería encomendada.Con el objetivo de negociar la soberanía de la costa americana del Pacífico Noroeste, el ya capitán Bodega y Quadra, como comisionado de España debido a su puesto como responsable del departamento de San Blas, se reunió con el capitán británico George Vancouver en la isla de Nutka en agosto de 1792.  La histórica reunión entre Vancouver y Quadra tuvo lugar en el territorio tradicional de los Nuu-Chah-nulth, un pueblo indio americano que entonces llamaban los nutka. El gran jefe Macuina desempeñó el papel de anfitrión, aumentando su riqueza y prestigio entre los demás pueblos indígenas de la región.

Quadra

Carta de Quadra sobre el conflicto en Nootka

El 11 de enero de 1794, España y el Reino Unido firmaron un acuerdo por el cual los ingleses accedían a abandonar la región y a reconocer que la presencia española era anterior.

De regreso a San Blas, Bodega enfermó, seguramente debido al insalubre clima de ese puerto. El 29 de marzo de 1794 moría Bodega de la enfermedad que había contraído en San Blas, mientras se encontraba en Ciudad de México. 

Vea también[]

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