Historia Alternativa
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Doceuvas

Doce Uvas delante del reloj de la Casa de Correos

Las Doce Uvas o Uvas de la Suerte es la tradición española consistente en comerse doce uvas, una por cada campanada, a las 12 de la noche del 31 de diciembre (Nochevieja) al 1 de enero, debido a que supuestamente trae buena suerte para el nuevo año.

La tradición se remonta a finales del siglo XIX, en las navidades 1895, cuando el Presidente del Gobierno José Canalejas invitó a su gobierno a doce uvas simbolizando los doce meses del año y a champán francés. En 1903 y tras la popularización por las clases altas, la traidición se extiende por todo el territorio nacional. Durante la mitad del siglo XX y debido a la gran hegemonía de España, la tradición se empieza a importar a varios territorios extranjeros y las grandes compañías ven en la tradición un fuerte mercado.

Historia[]

Nochevieja de 1895 y Administración Canalejas[]

GobiernoCanalejasUvas

Ministros del Gobierno de Canalejas comiéndose las Doce Uvas

La primera muestra de la utilización de doce uvas el día de Nochevieja se remonta a la Nochevieja de 1895, cuando varios agricultores de Alicante tenían problemas en la producción de sus uvas y le pidieron personalmente al Presidente del Gobierno José Canalejas que las comprara e hiciera publicidad en la alta sociedad madrileña. Canalejas decidió utilizarlas tal y como lo hacían las clases altas francesas, comiéndose una por cada mes. Se cree que Canalejas fue también el primero en introducir la costumbre del champán.

El Gobierno de Canalejas fue imitado en los años posteriores por los demás aristócratas madrileños y se convirtió en una de las más distintas acciones de su gobierno. Varios periódicos y revistas satíriticas acostumbraban a retratar a Canalejas y a demás miembros de su gobierno comiendo uvas en la Puerta del Sol, sin preocuparse por el pueblo llano.

Expansión a todo el territorio nacional[]

Comercialización y exportación[]

Incidente de Mandrágora[]

Luisa Mandrágora era una joven de Mariquita (Nueva Granada), que se acabó convirtiendo en la protagonista de la Nochevieja de 1986. La joven se ahogó con una de las doce uvas mientras celebraba la llegada del nuevo año en la Puerta del Sol. Su caso y como nadie la socorrió fue uno de los más sonados de la noche abriendo la cuestión del peligro de las uvas y la poca seguridad en las Campanadas de la Puerta del Sol. La propuesta fue tan sonada que incluso algunos grupos pidieron al ayuntamiento la prohibición de la costumbre, el alcalde Juan Barranco, contestó a tales proposiciones afirmando que: «desgraciadamente, mucha gente muere al año por tragarse un bolígrafo [...] y que a nadie se le ocurriría pedir la prohibición de los bolígrafos».

Tras el incidente y para que muchas compañías no perdieran ingresos en la comercialización de las uvas el día de la Nochevieja comenzaron a ser populares las uvas sin pipas, e incluso la marca Pryca lanzó en 1990 tan solo cinco años después del accidente una controvertida campaña: «Estas Navidades, no te atragantes, compra en Pryca». La cadena pidió perdón a la familia de Mandrágora y retiro el anuncio de sus hipermercados.

Actualidad[]

Uvas[]

Comercialización[]

Exportación a otros países[]

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