Francisco de Eliza y Reventa (El Puerto de Santa María (Cádiz) 1759 - 19 de febrero de 1825), fue un oficial naval español que es recordado por su labor en la exploración de las costas del Pacífico Noroeste, donde existe una isla con su nombre, isla Eliza.

Primeros años[]
Francisco de Eliza nació en El Puerto de Santa María, España, en 1759. Comenzó su carrera en la Armada Española en 1773, graduándose en el Real Colegio de Guardiamarinas en Cádiz. En 1775 sirvió en la expedición contra Argel.
Fue enviado a América en 1780 y más tarde participó en la batalla de Pensacola (hoy Florida), durante la Revolución estadounidense.
La exploración española en el Pacífico Noroeste[]
Ya desde 1774, los españoles habían reanudado las expediciones de exploración de la costa del Pacífico Noroeste con el objetivo de reafirmar su soberanía y descubrir posibles asentamientos de comerciantes rusos de pieles, dados los crecientes rumores sobre esos comerciantes en las costas del Orejón u Oregón. Destacados oficiales habían dirigido varias expediciones —Pérez Hernández (1774), Heceta y de la Bodega y Quadra (1779) y Martínez y López de Haro (1788)—, encontrando a los rusos solo en 1788.El rey de España, Carlos IV, había emitido una Real Orden, el 14 de abril de 1789, requiriendo que el establecimiento en el Nutca fuese mantenido con «honor y firmeza». La corte española estaba cada vez más preocupada por las incursiones de británicos y rusos a lo largo de la costa del Pacífico Noroeste y decidió enviar a siete jóvenes oficiales de la Armada, algunos recién formados, para averiguar sus intenciones. Entre ellos estaba el ya veterano peruano Juan Francisco de la Bodega y Quadra, que fue nombrado comandante del Departamento Naval de San Blas, la base naval en la costa oeste de la Nueva España. Partieron de Cádiz en mayo de 1789 y tras arribar a Veracruz, los siete fueron trasladados al puerto de San Blas, en la costa del Pacífico. De la Bodega y Quadra era el responsable directo de apoyar y explorar la costa norte de México, incluyendo la Alta California y el Pacífico Noroeste al sur de Alaska.
La expedición al Canal de Nutka[]
El 16 de octubre de ese mismo año 1789, también tomó posesión en México un nuevo virrey, Juan Vicente de Güemes, segundo conde de Revillagigedo, que encomendó a Quadra que mandase una nueva expedición para volver a Nutka, eligiendo a Eliza para el mando. Esa expedición, que en un principio se planteaba para relevar a Martínez, se reconvirtió para volver a recobrar y fortalecer el asentamiento y hacerlo permanente,5 y también realizar más levantamientos cartográficos y devolver el Princesa Real , ya que quería evitar problemas adicionales con los británicos.
Quadra cargó toda la artillería que pudo encontrar en la fragata Concepción, en el San Carlos y en el Princesa Real, un barco capturado inglés. Eliza iba al mando de la Concepción y de toda la expedición en su conjunto, y fue nombrado también nombrado comandante de Nutka. Salvador Fidalgo (1756-1803) estaba al mando de la San Carlos, y Manuel Quimper de la Princesa Real. Los tres barcos de Eliza zarparon de San Blas el 3 de febrero de 1790. A principios de abril, dos fragatas se unieron a la flota: la Princesa, comandada por Jacinto Caamaño, con José María Narváez como piloto, y la Aranzazu, a cargo de Juan Bautista Matute. Era la mayor fuerza española enviada hacia el norte hasta ese momento
Eliza llegó a Nutka el 3 (o 4) de abril, sin que ese año encontraran ningún barco ni europeos presentes. Además de las tripulaciones, la expedición de Eliza incluía 76 soldados de la Primera Compañía Franca de Voluntarios de Cataluña, al mando de Pere d'Alberní i Teixidor. El grupo reconstruyó el pequeño fuerte, y levantaron varios edificios más, plantaron una huerta y comenzaron a organizar partidas de exploración. El puesto fue construido en una pequeña cala protegida dentro del canal de Nutka, al que llamaron Puerto de la Santa Cruz de Nuca. El pequeño fuerte, bautizado como San Miguel, estaba situado en una pequeña isla a la entrada de la cala.
Después de acometer en los barcos las reparaciones necesarias tras la travesía, Eliza envió en mayo dos partidas de exploración: el 5 de mayo zarpó de Nutka Fidalgo con el San Carlos, rumbo a las costas alaskeñas para intentar encontrar los puestos rusos de avanzada en Alaska, y algunas semanas más tarde, ancló frente a la actual Cordova. Mientras, Quimper, con Gonzalo López de Haro y Juan Carrasco como pilotos, examinó con el Princesa Real el estrecho de Juan de Fuca. Algunos de los sitios importantes que encontró y cartografió Quimper durante ese reconocimiento fueron la bahía de Nuñez Gaona, estrecho de Haro, estrecho Rosario y Paso Decepción. Quimper volvió al canal Nutka a principios de agosto, pero no pudo entrar en el puerto durante varios días debido a la densa niebla. Puso entonces rumbo de regreso a la Nueva España y llegó a Monterrey el 1 de septiembre de 1790. Ahí se reunió con Fidalgo, que a bordo del San Carlos regresaba de Alaska, y ambos llegaron a San Blas el 13 de noviembre de 1790. El virrey Revillagigedo envió un informe de las exploraciones de Quimper en la región del Pacífico Noroeste, con nueve de sus cartas marinas.
Entretanto, en Nutka, la relación entre los españoles y los nativos nuu-chah-nulth era tensa y se sucedieron varios encuentros hostiles mientras el grupo construía su asentamiento. En una ocasión, abatieron a cinco nutkas, pero aun así Eliza fue capaz de mejorar la relación algo, y por lo menos, algunos nutkas fueron amigables y prestaron asistencia a los españoles. El invierno de 1790-91 fue difícil para los españoles que permanecieron en el pusto al mando de Eliza: la falta de alimentos frescos dio lugar a brotes de escorbuto y, durante el invierno, nueve hombres murieron y 32 más, demasiado enfermos para seguir, fueron enviados a California a recuperarse.
Las exploraciones en 1791: estrechos de Georgia y Juan de Fuca[]
El año siguiente, 1791, se llevaron a cabo otros viajes de exploración, uno de ellos dirigidoa por el propio Francisco de Eliza. A principios de mayo, Eliza se encontró e hizo amigo de Wickaninnish, jefe de los Tla-o-qui-aht. Narváez y Eliza entraron en el estrecho de Juan de Fuca por separado, reuniéndose en Esquimalt (que llamaron "Córdoba") el 11 de junio de 1791. Los pilotos de Eliza tomaron el mando de la Santa Saturnina y de una lancha y pasaron diez días explorando el estrecho de Haro y encontraron que se abría en un amplio cuerpo de agua hacia el norte. Era el estrecho de Georgia, anteriormente desconocido para los europeos. Eliza se mantuvo en Esquimalt durante ese tiempo. Durante tres semanas siguieron el estrecho hacia el norte, llegando hasta una isla a la que dieron el nombre de Isla de Texada. Notaron diversas entradas que, junto con la presencia de ballenas, llevaron a Eliza a pensar, con razón, que había otro paso hacia el océano abierto. Mientras navegaba hacia el canal Nutka, la expedición de Eliza entró en un profundo puerto lo bautizó como Puerto de Nuestra Señora de los Ángeles.
Con el tiempo, Eliza ha recibido la mayor parte del mérito de los descubrimientos hechos y los lugares nombrados durante la expedición de 1791, pero en realidad el mismo no llevó a cabo la exploración y casi todo el crédito les corresponde a sus pilotos Narváez, Carrasco, Pantoja, y Verdia.
El invierno de 1791-1792 fue más fácil que el anterior. Los envíos de alimentos procedentes de México y la asistencia de los nutkas ayudaron al pequeño puesto de avanzada de Eliza a sobrevivir.
El 24 de julio de 1792, Francisco de Eliza dejó el canal Nutka de regreso a México, después de haber completado su misión de restablecer el puesto de avanzada española allí. La posición de comandante en Nutka recayó en Juan Francisco de la Bodega y Quadra.
Años posteriores[]
En 1793 Eliza comandó una expedición que exploró la costa de California. Desde 1795 a 1801 fue el comandante de la base naval de San Blas. Eliza continuó sirviendo en la Marina española hasta su muerte.
Vea también[]
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