Historia Alternativa
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Fuerzas

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La Guerra Civil Española fue un conflicto que entre 1936 y 1938 enfrentó a las fuerzas de la República Española contra una sublevación militar de tipo fascista, promovida por la Italia de Mussolini, que buscaba el derrocamiento por la fuerza de la República y su sustitución por un régimen militar similar al italiano. Dicha operación contaría con el apoyo encubierto de Gran Bretaña y principalmente de Francia, recelosas de tener una España comunista en su flanco occidental.

Antecedentes[]

En 1934, el general Francisco Franco Bahamonde se hizo famoso al reprimir con extrema dureza una sublevación minera en la región de Asturias. Pese a que solo reclamaban mejores condiciones laborales, los mineros fueron acusados por Franco de ser comunistas y acallados a tiros.

La guerra[]

Consecuencias[]

La España que surgió de la posguerra era una España fogueada, arruinada, arrasada, despoblada. A los caídos en combate, había que añadir los miles que se vieron forzados al exilio en otros países, tales como Francia, Italia, Portugal o las colonias de África. En total, se estima que murieron entre 500.000 y 1 millón de personas (cifra defendida por los Estados Unidos y rechazada por la mayoría de investigadores serios, que la consideran desproporcionada), sumando a los muertos en combate los muertos por hambre y enfermedades, las represalias y los ejecutados por crímenes de guerra o por ser sospechosos de simpatizar con el bando contrario.

El haber tenido que emplear las reservas de oro para comprar armas y pertrechos supuso que en la práctica la República no tenía activos para hacer nuevas compras. Hubo que recurrir al crédito extranjero, que en el caso de las naciones occidentales era inexistente o con un interés abusivo, y en el caso de las naciones comunistas se concretó mas en el intercambio de especies (cereales, maquinaria) por minerales españoles, que en el préstamo de dinero. Tal dejadez por parte de Occidente provocó, como era de esperar, que los comunistas españoles consiguieran aun mas influencia de la que ya tenían.

A los problemas ya existentes hubo que añadir la existencia de guerrillas muy activas, especialmente en las regiones de Galicia y Andalucía, primeras en unirse al bando sublevado, y donde la población sentía que luchaba por su existencia frente a "la amenaza comunista".

Para las relaciones internacionales la GCE fue un desastre. Absolutamente todas las naciones occidentales retiraron sus embajadores, afirmando que "no tenemos nada que negociar con un país comunista". Únicamente México, la RDA, la URSS y Suiza mantuvieron embajadas en España antes de la Segunda Guerra Mundial.

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