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La Guerra de Independencia de Nueva Galicia fue un conflicto revolucionario armado entre las fuerzas insurrectas novohispanas comandadas por el intendente de Guadalajara, Jacobo de Ugarte y Loyola, contra las fuerzas virreinales comandadas por el virrey Juan Vicente de Güemes. Fue la primera guerra de independencia en las Américas, seguida por las de Venezuela y Chile, respectivamente.
El 10 de julio de 1793, ante la noticia de las guerras en Europa, el virrey de Nueva España, Juan Vicente de Güemes se otorgó facultades extraordinarias para gobernar mientras la monarquía hispánica se encontraba en riesgo. Sin embargo, sus acciones fueron motivo de enojo entre varios militares, alcaldes y ciudadanos del virreinato; ocurrieron varias conjuras entre agosto y noviembre de 1793, muchas de las cuales fueron desarticuladas, siendo sus líderes ejecutados por "alta traición a España".
El 8 de noviembre, el Intendente de Guadalajara, Jacobo de Ugarte y Loyola, se pronunció en contra del virrey, instalando su cuartel general en Guadalajara y apoyando la independencia de Nueva Galicia. El intendente de Arizpe, Alonso Tresierra, y el general Alejo García Conde se pronunciaron de la misma forma en contra del virrey. Las primeras batallas entre los ejércitos sublevados y realistas ocurrieron en Colima y Manzanillo, ganadas ambas por los sublevados.
Mientras en el sur Ugarte comandaba la sublevación, en el norte García Conde se dirigía hacia Monterey, Alta California, y el intendente Tresierra a La Paz, Baja California; en enero de 1794 el intendente de Durango, Francisco José de Urrutia, se pronunció en contra del virrey al lado de las fuerzas sublevadas novogallegas y arizpeñas. En este lapso de tiempo, Ugarte derrotó a las fuerzas virreinales en Valladolid, dirigiendose a Querétaro.
En mayo de 1794 es proclamada la Declaración de Independencia de Nueva Galicia, ratificada por el Congreso Provisional Novogallego. En aquel mismo mes, Ugarte derroto a las fuerzas novohispanas en Toluca, por lo que obligó al virrey reconocer la independencia de la joven república federal. Los acuerdos Ugarte-Güemes fueron las consecuencias de la derrota virreinal, con lo cual Nueva Galicia era independiente.
Sumario
Antecedentes
El inicio de las guerras europeas y el separatismo en la metrópoli española provocaron cierto vacío en el poder virreinal; la cabeza de la estructura del gobierno, el rey, se encontraba en peligro debido a las guerras internacionales y revoluciones regionales. Ante tales hechos el virrey de Nueva España, Juan Vicente de Güemes, ordenó a la Real Audiencia de México debatir sobre el tema del poder en el virreinato. Al no encontrar respuesta, el virrey de Güemes se confirió facultades extraordinarias (entre las que destacaban su permanencia vitalicia y el poder absoluto del ejército novohispano), las cuales no resultaron del agrado de la Real Audiciencia y el pueblo de la Nueva España.
Entre agosto y noviembre de 1793 se llevaron a cabo varias conjuras en contra del virrey y sus acciones a favor de su persona. El progresismo que había caracterizado al gobernante había sido olvidado. La Real Audiencia de México fue disuelta el 14 de septiembre y el virrey impuso el Virreinal Consejo de México; las demás reales audiencias del virreinato tuvieron la misma suerte, siendo algunos de sus integrantes ejecutados por conspirar en contra del virrey de la nación. Ante esta situación, el Intendente de Guadalajara, Jacobo de Ugarte y Loyola, pidió permiso al virrey para organizar un poderoso ejército, que serviría de protección del occidente de la Nueva España; Juan Vicente de Güemes aceptó la propuesta de Ugarte, con lo que el intendente reclutó un poderoso ejército, con un cuartel general en Guadalajara.
En el amanecer del día 8 de noviembre de 1793, el intendente Ugarte se sublevó en contra del virrey y sus medidas autoritarias. La ciudad de Guadalajara fue tomada, iniciando la guerra de independencia neogaliciana.
Campañas Primigenias
Campaña de Ugarte
Tras la toma de Guadalajara, Ugarte se hizo del poder en la Intendencia de Guadalajara; sin embargo, las fuerzas virreinales se mantenían a la defensiva en la frontera con la Intendencia de Valladolid, donde el coronel Juan Antonio Riaño se había hecho cargo de la campaña contra los ejércitos insurgentes. El 14 de noviembre se libró la Batalla de Poncitlán, victoriosa para los ejércitos de Ugarte; Riaño, frustrado, pidió más apoyo bélico al virrey de Güemes.