Historia Alternativa

Guerra de Melilla[]

Se llama Guerra de Melilla al conflicto que enfrentó a tropas españolas con las cabilas1 rifeñas en los alrededores de la ciudad de Melilla en la Provincia de El Rif, entre julio y diciembre de 1909.

1Cabila es un término de origen árabe utilizado para designar tanto a las tribus de árabes y bereberes del norte de África como al territorio donde se asientan.​

El Rif[]

El Rif, región de lengua y cultura bereber, pertenecía a la parte de Marruecos conocida como Provincia de El Rif español. Sin embargo, los rifeños no se consideraban implicados por los acuerdos que pudiera haber alcanzado el Majzen (poder central) con las potencias europeas.

Melilla 1909

Vistas de Melilla 1909

Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni[]

Desde 1903 una parte del Rif estaba bajo el control de Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni, quien tenía como misión librar a Marruecos de los cristianos a los que el sultán se había “vendido”.

Así en 1902 Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni fue proclamado sultán en Taza, pero al ser expulsado de allí por las fuerzas españolas, se estableció en la alcazaba2 de Zeluán desde donde consiguió imponer su autoridad sobre las cabilas de Guelaya en el Rif oriental.

Acto seguido, Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni pactó con los españoles una serie de acuerdos mineros.

2La alcazaba (kasbah, casbah o qasaba, del árabe: القصبة al-qaṣbah 'ciudadela') era una construcción o recinto fortificado de carácter urbano

Rechazo[]

Al mismo tiempo, Abd al-Hafid, hermano del sultán Abd al-Aziz, acaba por destituirlo y se convierte él mismo en Sultán de Marruecos.

Las concesiones hechas a los extranjeros para que explotaran las riquezas de la región fueron rechazadas por las cabilas y en octubre de 1908 iniciaron un alzamiento contra ez-Zerhuni, que estuvo acompañado con el hostigamiento contra los españoles que trabajaban en las minas. La revuelta triunfó finalmente y el 4 de diciembre Yilali Mohamed el-Yusfi ez-Zerhuni fue expulsado del poder. El trabajo en las minas y la construcción del tren minero quedaron entonces paralizados.

Hostilidades[]

El gobierno español al principio esperó a Mohamed Amezian, jefe de las cabilas de Guelaya, impusiera su autoridad sobre el Rif y reconociera las concesiones mineras hechas por ez-Zerhuni, pero finalmente decidió actuar con firmeza.

Una de las acciones militares emprendidas por los mandos militares españoles fue el bombardeo desde el mar de los aduares (aldeas de cabañas) situados en la costa con el objetivo de disuadir a los rifeños que se sumaran a la harca (expedición militar) encabezada por Mohamed Amezian, además de destruir los cárabos (pequeñas embarcaciones) que recorrían la costa trayendo armas desde el Rif occidental.

Primera etapa[]

El día 18 de julio de 1909 tuvo lugar el primer combate importante, en el monte Si Ahmed el Hach, cuando las cabilas atacaron las posiciones españolas más alejadas de Melilla, las de Sidi Amet y Sidi Alí.

Batería de Sidi-Ahmed el Hach[]

El 18 de Julio de 1909, después de un día de duro combate, es asaltada por los Rifeños, de noche y por sorpresa la Batería de Sidi-Ahmed el Hach.

Aquella noche el enemigo atacó la batería de Sidi Hamet (o Ahmed) por sorpresa. Llegaron a rechazar el primer ataque, que se produjo justo a la hora del rancho, cuando solamente se encontraba atento el personal mínimo de guardia, pero en la segunda acometida lograron penetrar en el campamento con la intención de hacerse con los cañones, que llevaban tiempo hostigando los avances de las harkas por la zona.

Los rifeños había roto las alambradas y superado las defensas. Decididos a morir antes que dejarse arrebatar las piezas, oficiales y soldados, todos cuantos se hallaban un poco alejados de las posiciones avanzadas, comprendieron el riesgo en el que se hallaban sus compañeros, y corriendo, mejor dicho volando, se lanzaron en su socorro.

En un rasgo de valor y sereno heroísmo todos los artilleros de la posición junto al comandante Royo de Diego y el capitán Enrique Guiloche, ambos revólver en mano, llegan ante las piezas.

Nuestros artilleros lograron cargar y disparar en alguna ocasión sus piezas con asombrosa serenidad, pero el combate será cuerpo a cuerpo. Unos cincuenta moros se precipitaron sobre uno de los cañones, cuchillo en mano, que se encontraba emplazado en una posición saliente.

El capitán Guiloche se agarró a una de las ruedas de un cañón, y disparando su revólver logró hacer retrocederlos. Los sirvientes de la pieza, enardecidos por el valor de su jefe, rechazaron a tiros y culatazos a los salvajes asaltantes que quedaban.

Fuerzas de Infantería mandadas por López Ochoa avanzaron entonces haciendo fuego por descargas, y los moros se retiraron sin dejar de disparar. Los cadáveres de Guiloche y Royo fueron recogidos calientes todavía, según la prensa de la época, habían defendido las piezas con su vida. Habían muerto al pie del cañón.

El 11 de agosto de 1909 José Royo fue ascendido a teniente coronel y Enrique Guiloche a comandante, estando los dos enterrados en Melilla en el Panteón de Margallo. Ambos fueron recompensados con la Cruz Laureada de San Fernando el 22 de abril de 1910.

Otros combates[]

Le siguieron otros combates el 20 de julio, generalizándose las posiciones atacadas, que se prolongaron en alguna de ellas hasta del día 21. La impresión producida por el arrojo y la presencia de numerosos combatientes hizo que las autoridades empezaran a entender o reconocer que se trataba de algo más que una simple operación de policía o de castigo de los responsables, lo que hizo que el gobierno ordenara el embarque de la 1.ª Brigada Mixta, de Madrid. La 3.ª Brigada Mixta, cuyas primeras unidades partieron de Barcelona el 11 de julio, había llegado a Melilla entre el 15 y el 19 de julio.

El día 23 de julio hubo trescientas bajas españolas, entre muertos y heridos. El origen de tal matanza fue la decisión equivocada de una columna de refuerzo, formada con un 50% aproximadamente de tropas expedicionarias de Cataluña, que debía permanecer como reserva de las posiciones avanzadas, pero inició una acción ofensiva, sin la autorización, la preparación y el apoyo necesarios.

Desastre del Barranco del Lobo[]

Nuevamente salen de Melilla dos columnas, una al mando del coronel Fernández Cuesta, con seis compañías, cinco de la 2º Brigada Mixta y una de la de África, y otra integrada por los batallones de la 1.ª Brigada Mixta, de Madrid, con varias compañías recién desembarcadas, al mando del general Pintos. La segunda columna, marchando por terreno desfavorable, se extravió el 27 de julio, desviándose a su derecha, y fue a internarse en el Barranco del Lobo, en donde el ataque de las cabilas desde las dos laderas le causó numerosas bajas: 17 jefes y oficiales, además del propio general Pintos, y 136 hombres de tropa y soldados muertos; 35 jefes y oficiales, y 564 hombres de tropa y soldados heridos. Total: 752 bajas. Esta derrota fue llamada el desastre del Barranco del Lobo, que se explica por las decisiones equivocadas tomadas por los mandos, por las desastrosas condiciones físicas y morales de las tropas.

Repercusiones - Semana Trágica[]

Mientras tanto, en Barcelona y otras ciudades de Cataluña se desarrolla la Semana Trágica. Se conoce con el nombre de Semana Trágica a los sucesos acaecidos en Barcelona y otras ciudades de Cataluña entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909. El desencadenante de estos violentos acontecimientos fue el decreto del gobierno de Antonio Maura de enviar tropas de reserva a las posesiones españolas en Marruecos, en ese momento muy inestable, siendo la mayoría de estos reservistas padres de familia de las clases obreras. Los sindicatos convocaron una huelga general. La llegada de noticias de Marruecos sobre el Desastre del Barranco del Lobo, donde perecieron cientos de reservistas, en su mayor parte del contingente que salió de Barcelona el día 18 de julio, avivó la insurrección.

Segunda etapa[]

El cambio de planes, aparte de una mayor preparación de las tropas, consistió en una gran maniobra envolvente del Gurugú y su zona meridional próxima, con tres escenarios diferentes. En uno de ellos, una División formada con dos de las brigadas llegadas en julio y comienzos de agosto, la 1.ª y la 2.ª, trataría de rodear el macizo montañoso por el norte.

Cañones de 15 centímetros haciendo fuego sobre Benisicar

Cañones de 15 centímetros haciendo fuego sobre las posiciones rifeñas en Benisicar

Por el sur, desde la zona de La Restinga (a unos 25 km de Melilla) otra División, que llegaría a mediados de agosto, avanzaría hacia el oeste por los terrenos menos accidentados al sur del valle de Uixan o del Caballo, en la vertiente sur del Gurugú,

Y por último las tropas restantes, las de guarnición en Melilla, y la 3.ª Brigada Mixta, se encargarían de la zona inmediata a Melilla y las posiciones sobre la línea de ferrocarril hasta las afueras de Nador, rodeando cuando fuera posible el Gurugú por el sur, partiendo de Nador, para lo que contaría en septiembre con otra División mas.

En los meses de octubre y noviembre continuaron las operaciones, destacando el combate en el valle de Uixan, que tuvo lugar el 18 y el 19 de octubre, que coincidió en fecha con otro enfrentamiento en las afueras de Zeluan; y otros combates en otros escenarios, al norte del Gurugú, y al suroeste de Melilla, que fueron incrementando poco a poco el terreno controlado por los españoles.

General Marina 1909

El general de división José Marina Vega, comandante general de Melilla, pasa revista a sus tropas, Guerra de Melilla, 1909.

La operación que pone fin al periodo activo de la guerra tuvo lugar el 26 de noviembre cuando tres columnas que se habían concentrado cerca de Nador, avanzaron en dirección oeste hacia el collado de Atlaten, puerta de entrada a zona de las minas del Monte Uixan, de la Compañía española de minas del Rif, ocupando los poblados de Sebt, Bentabar y otros núcleos de la meseta de Atlaten, con el que se alcanzaron la mayoría de los objetivos territoriales propuestos en agosto.

En diciembre todavía hubo algunos ataques poco importantes, que cesaron con el cambio de año. En los aproximadamente seis meses que habían transcurrido, el número total de bajas españolas en la guerra de Melilla ascendió a 2.235, de las que 358 fueron muertos.

El resultado final fue el afianzamiento del control de Mancomunidad Hispánica sobre El Rif, pero la frágil paz solo duraría dos años.

Vea también[]