Guerra fundacional del Río de La Plata[]
Se denomina Guerra fundacional del Río de La Plata al conflicto desarrollado entre España y Portugal por la posesión de la región de las Misiones y el Río Grande del Sur, territorio que se extiende al norte de la Banda Oriental y al este del río Uruguay.
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Antecedentes[]
En mayo de 1767 unos 500 soldados portugueses al mando del coronel Figueiredo atacaron la banda norte del río Grande, que fue abandonada en junio por el destacamento español que la defendía. Se apoderaron también de un puesto avanzado sobre el río Camacuá.
Tardía respuesta española[]
Después de reclamar infructuósamente durante años, el 7 de noviembre de 1773, el gobernador de Buenos Aires, Juan José de Vértiz y Salcedo, salió de campaña desde Montevideo con destino a la Cuchilla Grande.
Al llegar a los contrafuertes de la Sierra Geral a principios de 1774, mando construir el Fuerte de Santa Tecla para evitar que los portugueses siguieran arriando ganado vacuno de la región. La fortificación fue construida por el ingeniero Bernardo Lecocq y le asignó una guarnición de 50 hombres de las tropas veteranas mandados por el capitán Luis Ramírez y otro oficial. Lecocq también reforzó las fortificaciones del Fuerte San Miguel y de la Fortaleza de Santa Teresa en 1775.
Vértiz marchó luego a sitiar el Fuerte Jesús María, José de Río Pardo, defendido por Figueiredo y 400 hombres del Regimento de Dragões do Rio Pardo. El 2 de enero de 1774, los portugueses de Río Pardo, al mando de Rafael Pinto Bandeira, utilizando una táctica de guerrillas para impedir el avance de 600 soldados españoles que iban a reunirse con Vértiz, atacaron el Fuerte de Santa Bárbara, dispersaron a 400 indígenas misioneros y tomaron prisionero al capitán Antonio Gómez de Velasco con 80 soldados, 1.200 caballos, 300 mulares, 100 bueyes, municiones y el plan completo de la invasión del gobernador Vértiz.
Vértiz logró ocupar la Guardia de Piquirí, derrotando al capitán Miguel Pedroso. El 14 de enero de 1774, se produjo el Combate de Tabatingaí, cuando las fuerzas reunidas de Rafael Pinto Bandeira, Cipriano Cardozo y el capitán José Carneiro da Fontoura, emboscaron y derrotaron a fuerzas españolas. Esta derrota precipitó la retirada de Vértiz a Río Grande y luego más al sur.
El 10 de noviembre de 1774 llegó a Montevideo una flota española que zarpó de Cádiz el 3 de agosto de 1774 al mando del capitán de navío Martín Lastarría, llevando como refuerzo a los dos batallones del Regimiento de Infantería Galicia. La flota estaba compuesta por el navío Santo Domingo, las fragatas Nuestra Señora de la Asunción, Santa María Magdalena y Santa Rosalía, las urcas Santa Florentina y Anónima. La flota se sumó al bloqueo de la Colonia del Sacramento.
La Guardia de San Martín fue tomada por sorpresa por las tropas portuguesas al mando del mayor Rafael Pinto Bandeira el 31 de octubre de 1775. A conocer este ataque, Vértiz envió refuerzos desde Montevideo que llegaron a Santa Tecla el 28 de diciembre de 1775.
A principios de febrero de 1776 llegó a la zona una escuadra portuguesa al mando del almirante irlandés Robert MacDouall, compuesta por el navío Sao Antonio, dos fragatas, dos paquebotes, un bergantín, una balandra y tres zumacas, sumándose a la escuadrilla portuguesa al mando de Hardcastle, compuesta por dos corbetas, dos zumacas y algunos buques menores. Las dos flotas portuguesas desembarcaron la artillería que transportaban en sus bodegas.
El 19 de febrero se internaron en el Río Grande Do Sul, (su nombre portugués) en busca de la flota española, la cual no había recibido refuerzos, siendo la superioridad lusitana aplastante. La escuadrilla española estaba al mando del capitán de fragata Francisco Javier Morales contando con la corbeta Nuestra Señora de los Dolores, de 20 cañones al mando del alférez de navío José Emparán, el bergantín Santiago, mandado por Morales, el bergantín-goleta Nuestra Señora de la Pastoriza, al mando del teniente de fragata Juan José de Iturriaga, y las saetías San Francisco de Asís, mandada por del teniente de navío Felipe López Carrizosa, y Misericordia, al mando de Francisco Idiáquez de Borja.
Cruzaron el paralelo de la Punta de San Pedro dirigiéndose río arriba nueve embarcaciones portuguesas, dos fragatas de 30 y 24 cañones, dos paquebotes de 18, una balandra de 14 y cuatro zumacas de 16, con claras intenciones de atacar la flotilla española. A las ocho de la mañana fondearon dentro de la Barra. Las baterías españolas de la Barra y Santa Bárbara comenzaron a disparar a las tres de la tarde contra la escuadra enemiga, respondiendo con valor la balandra portuguesa, uniéndose más tarde al cañoneo una zumaca, un paquebote y las dos fragatas. El fuego de las baterías fue tan bien dirigido que obligó a los portugueses a alejarse, hundiendo una zumaca frente a la batería de Santa Bárbara y varando un paquebote en la Punta de San Pedro, quemado más tarde por los españoles.
A pesar del duro castigo recibido por los enemigos, intentaron tomar al abordaje las naves españolas. Contra la saetía del teniente Carrizosa se pusieron a su costado la balandra y un paquebote, siendo rechazados, pero pierde al alférez de navío don Francisco Butrón, segundo en el mando y, heridos un cabo y cuatro marineros. También contribuyeron a su defensa los cañones de la corbeta Dolores, que sufrió las bajas de un cabo y dos marineros heridos. La saetía Misericordia fue atacada a la vez por cuatro naves enemigas, entre ellas una fragata, y maniobró de modo que no se viera rodeada, consiguiendo rechazar a los cuatro buques lusitanos. Las dos fragatas portuguesas intentaron abordar el bergantín Santiago, recibiendo apoyo de otras naves ante el vivo fuego del bergantín español, éste fue auxiliado por el bergantín Pastoriza, cuya tripulación protagonizó momentos de gran valor. Durante el combate, muere su comandante Iturriaga junto a otros ocho hombres y caen heridos dieciséis marineros. En el instante en que tratan de abordarle el Santiago se atraviesa entre ellos. Aumentó tanto la moral de la tripulación que intentan tomar la fragata portuguesa, matando a su comandante y al segundo. Viendo la situación tan apurada de la fragata, un oficial de otro barco portugués pasó a la fragata y tomó el mando, consiguiendo retirarse del combate, aunque con muchos daños.
Después de tres largas horas de combate, los portugueses se retiraron habiendo sufrido el hundimiento de la balandra y un paquebote que en su retirada fue a varar por haber perdido el timón en el combate. Entre los muertos cabe citar al comandante de la goleta Pastoriza, el teniente de fragata don Juan José Iturriaga y de Emparán y el alférez de navío don Francisco Butrón de Mújica y Cortés de Zúñiga.
El 28 de febrero de 1776 Pinto Bandeira y 700 hombres sitiaron Santa Tecla. El capitán Ramírez y 200 hombres abandonaron el fuerte el 24 de marzo, siendo destruido ese día por los portugueses.
Los portugueses volvieron a atacar con fuerzas mayores, desembarcando 1.500 hombres en la Barra el 1 de abril con las que sitiaron el fuerte de Santa Tecla.
Con la caída del fuerte a finales de abril, el resto de puestos españoles se rindieron, recuperando los portugueses toda la zona de Río Grande y el resto de las plazas ocupadas por Cevallos en la guerra anterior. A su vez en este ataque los enemigos se acercaron a aguas poco profundas e instalaron una batería en tierra. Cogida entre dos fuegos, la goleta Santa Matilde recibió varios disparos, algunos a flor de agua. Para evitar perder la tripulación, el teniente de navío don Manuel Pando ordena dirigir el buque contra la playa donde vara, le prende fuego para evitar su captura, llegando la dotación por tierra a Montevideo. El capitán de fragata Morales reúne su flotilla de cuatro naves e intenta llegar a Montevideo, pero tres de los buques se pierden en los bajos de la Barra, entre ellas la corbeta Dolores, llegando el bergantín Santiago a Maldonado el 13 de abril con las tripulaciones de los buques hundidos.
Represalia española[]
La respuesta del rey de España Carlos III no se hizo esperar, aprovechando que el antiguo aliado portugués, Gran Bretaña, estaba ocupado en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y no podía ir en su ayuda.
El flamante virreynato del Río de La Plata fue creado provisionalmente el 1 de agosto de 1776 y en forma definitiva el 27 de octubre de 1777 por orden del rey Carlos III a propuesta de su ministro de Indias, José de Gálvez y Gallardo. Además de los territorios americanos, incluyó nominalmente las islas de Fernando Poo y Annobón en la actual Guinea Española. El recientemente designado virrey del Río de la Plata, teniente general don Pedro de Cevallos, fue encargado, en 1778, de tomar posesión y administrar desde Buenos Aires la nueva colonia. El conde Argelejo, brigadier de los reales ejércitos, es enviado desde Buenos Aires a tomar posesión de las nuevas tierras, transferidas con sus habitantes.
Cevallos[]
Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón, ex gobernador de Buenos Aires, fue nombrado primer virrey, y encargado por la Corona para la creación excepcional del virreynato con sede en Buenos Aires, para lo cual tomó para sí la Real cédula de San Ildefonso el 1 de agosto de 1776. Se le enviaba con la intención de "tomar satisfacción de los portugueses por los insultos cometidos en el Río de la Plata".
Pedro Antonio de Cevallos Cortés y Calderón partió de Cádiz el 13 de noviembre de 1776 como comandante general de una gran flota destinada a expulsar a los portugueses de la región de Río Grande y la isla Santa Catalina.
Flota[]
La flota estaba integrada por: 6 navíos, 9 fragatas, 2 bombardas, 2 paquebotes, 1 bergantín, entre los que se contaban Poderoso, de 70 cañones, Comte. Don Juan de Lángara, insignia; San José, de 70, Comte. Don Francisco Bances; Monarca, de 70, Comte. Don Pedro Trujillo; San Dámaso, de 70, Comte. Don Francisco de Borja; América, de 60, Comte. Don Antonio Osorno y Herrera y Septentrión, de 60, Comte. Don Antonio Osorno y Funes; las fragatas: Santa Margarita, de 26, Comte. Don Ignacio Luque; Santa Clara, de 26, Comte. Don Pedro de Cárdenas; Santa Teresa, de 26, Comte. Don Basco Morales; Venus, de 26, Comte. Don Gabriel Guerra; Liebre, de 28, Comte. Don Manuel Maestre; Santa Florentina, de 20, Comte. se desconoce; Santa Ana, de 20, Comte. Don Francisco Javier García y Santa Rosa, de 20, Comte. Don José Castejón; chambequín Andaluz, de 30, Comte. Don Benito de Lira; los paquebotes: Marte, de 16, Comte. Don Antonio de Córdova y Guarnizo, de 16, Comte. Don Sebastián de Apodaca; el bergantín Hopp, de 19, Comte. Don Andrés Llanos; las bombardas: Santa Casilda y Santa Eulalia; la saetía Santa Ana, Comte. José Justo Salcedo y dos brulotes. Por otro lado, se alistaron 96 barcos mercantes para transportar un ejército de doce mil novecientos noventa y seis hombres, con un total de 18.665 toneladas.
Las unidades militares de infantería que fueron transportadas se agruparon en 4 brigadas:Brigada N° 1 al mando del brigadier Antonio Olaguer y Feliú, Brigada N° 2 al mando del brigadier Juan Manuel de Cagigal, Brigada N° 3 al mando del brigadier Domingo de Zalazar y Brigada N° 4 al mando del brigadier coronel Guillermo Waugan.
La escuadra al mando en jefe del general marqués de Casa Tilly, como segundo comandante el jefe de escuadra don Adrián Caudrón de Cantín y como Mayor General el capitán de navío don Luis Muñoz, siendo nombrado jefe de la expedición el teniente general don Pedro Ceballos quien estaba investido con el título de Capitán General y primer Virrey de Buenos Aires con la misión de recuperar las tierras ocupadas por Portugal.
La expedición llega a destino[]
El 22 de febrero de 1777 la expedición desembarcó tropas en la isla portuguesa de Santa Catalina. Cuando las guarniciones portuguesas de las fortalezas de Ponta Grosa, Ratones y Santa Cruz vieron que los españoles se disponían a atacarlos, se retiraron precipitadamente al continente, dejando la artillería. Varios barcos se dirigieron a atacar el Castillo de Concepción, que fue capturado sin hacer ningún disparo junto con 3 zumacas. El 24 de febrero de 1777 la goleta Santa Engracia se encontraba en el apostadero de Montevideo al mando del teniente de navío don Diego Pareja. El mismo día se hizo a la vela, regresando a su base la tarde del 26 de febrero con la captura de un buque portugués llamado Merced con mercancías destinadas a la Colonia de Sacramento. A primeros de marzo entró la goleta Santa Engracia en Montevideo junto al bergantín Santiago y dos paquebotes portugueses capturados.
La mayoría de los 4.000 soldados portugueses al mando del mariscal Antonio Carlos Furtado de Mendoça lograron pasar al continente. Los portugueses restantes se rindieron el 5 de marzo, los cuales fueron remitidos a Río de Janeiro junto con el gobernador de la isla el 14 de marzo.
Tras dejar una guarnición de catalanes en la isla al mando del brigadier Juan Waughan y al teniente coronel Juan Roca como gobernador, el 28 de marzo la flota se dirigió a Río Grande, sin poder desembarcar por el clima continuaron hacia Montevideo, a donde llegaron el 20 de abril de 1777. Luego de avanzar hasta la Fortaleza de Santa Teresa, el 4 de septiembre Ceballos ordenó el cese de hostilidades, tras ser informado del futuro acuerdo entre las coronas de España y Portugal (1 de octubre de 1777 Tratado de San Ildefonso).
Fin de la guerra[]
El 24 de febrero 1777 el rey José I de Portugal murió y su hija y sucesora, María I, envió un embajador a España. Ante la amenaza de invadir Lisboa, el 1 de octubre se concluyó el Tratado de San Ildefonso entre ambos países. Se acordó la soberanía española sobre todos los territorios al sur del río Iguazú (la Colonia del Sacramento, la isla San Gabriel, las Misiones Orientales, la isla de Santa Catalina y el territorio de Río Grande), así como también las villas de Santa Bárbara, San Juan Bautista de Caya Caya y Santa Rosa, que pasan a la flamante Capitanía General de Venezuela, al norte de la sierra de Pacaraima.
Vértiz logró que 930 soldados y oficiales de la expedición permanecieran voluntariamente en el Río de la Plata, engrosando las unidades fijas. El resto regresó a España con Ceballos en 1778.
Vea también[]
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