Jacobo de Ugarte y Loyola (1716 – Guadalajara (Nueva España), 19 de agosto de 1798) Comandante general de las Provincias Internas occidentales del norte de Nueva España y gobernador de Coahuila.
Inicios[]
Proveniente de una influyente familia vasca de tradición militar, ingresó, como era norma, muy joven en el Ejército, primero como cadete del Regimiento de Guardias Reales el 15 de abril de 1732. Tuvo diferentes servicios en España y Europa, destacando en la campaña de Italia de 1745, en la que estuvo presente activamente en los sitios de Casal, Milán y en el asalto a Plasencia, donde incluso llegó a ser herido. Fue promovido primero a alférez segundo en 1746 y luego a segundo teniente de Granaderos en 1760, hasta que el 11 de enero de 1767 consiguió el grado de coronel de Infantería, después de haber participado en la campaña de Portugal y en el sitio de Almeida.
América[]
En 1768 fue nombrado gobernador de la provincia de Coahuila, en el virreinato de Nueva España, para lo cual se trasladó a América a tomar posesión formal del cargo el 5 de diciembre de 1769. Disfrutó de este empleo de altas responsabilidades políticas y militares hasta el 23 de noviembre de 1777.
Su brillante historial militar le llevó entonces a ser nombrado gobernador militar de Sonora, donde en pleno servicio fue ascendido a brigadier el 15 de junio de 1779.
El 15 de octubre de 1783 fue promovido a gobernador de la Puebla, en cuya capital entró en marzo de 1784. Después de diversas tareas de orden administrativo fue llamado por el mismo virrey Bernardo de Gálvez en enero de 1786 para hacerse cargo de la Comandancia General de las Provincias Internas del Norte de Nueva España en sustitución de José Antonio Rengel.
En 1788, cuando la Comandancia es dividida en dos sectores, se hace cargo del sector occidental, que incluía las Californias, Sonora, Nueva Vizcaya y Nuevo México. Realizó una amplia labor organizativa y de control militar, instruyendo tropas y llevando a cabo diversas expediciones de castigo contra los indios. Procuró atender los diversos presidios con bastimentos y ejerciendo un férreo control sobre el gasto militar. Mantuvo este empleo hasta 1790, llegando a firmar la paz con los indios lipanes después de una prolongada guerra.
En 1791 fue nombrado gobernador, intendente y subdelegado de la Renta de Correos de la provincia de Nueva Galicia, con capital en Guadalajara, tomando posesión del cargo en esta ciudad el 14 de marzo. Demostró unas grandes dotes administrativas y de inspección militar.
En noviembre de 1792 inauguró la Universidad de Guadalajara y favoreció la instalación de una imprenta en la ciudad. Favoreció la agricultura propagando el cultivo del cáñamo y el lino. Impulsó la construcción de puentes en Lagos y Zapotlán y logró, gracias a sus gestiones cerca del virrey, la implantación del Tribunal del Consulado en 1795. Se ocupó del embellecimiento de las calles y de la pavimentación de muchas de ellas pudiendo establecer finalmente una comunicación directa entre Guadalajara y México por medio de un coche que hacía mensualmente el trayecto.
Vea también[]
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