Juan José Flores Aramburu | |
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Historia Alternativa: Reino de Quito | |
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13 de mayo de 1830 - 3 de julio de 1830 | |
Predecesor | Cargo creado |
Sucesor | Junta de Notables |
Información personal
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Nacimiento | 19 de junio de 1799 Puerto Cabello, actual Venezuela |
Fallecimiento | 1 de octubre de 1864 (65 años) París, Francia |
Familia
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Padres | Juan José Aramburu Rita Flores Bojorquez |
Cónyuge | Mercedes Jijón y Vivanco |
Hijos | José Flores y Jijón Reinaldo Flores y Jijón Juan José Flores y Jijón Juan Antonio Flores y Jijón |
Educación
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Información profesional
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Juan José Flores Aramburu (Puerto Cabello, Venezuela 19 de junio de 17991 - París, Francia, 1 de octubre de 1864) fue un militar, político y el primer y único presidente de la República del Ecuador entre mayo y julio de 1830.
Se destacó como estratega del ejército grancolombiano, habiendo alcanzado el grado de coronel antes de los treinta años de edad. Una vez consolidada la independencia, fue designado por Simón Bolívar como gobernador del Distrito del Sur de la Gran Colombia. Distrito que posteriormente, al escindirse de aquella, en 1830, pasó a convertirse en la República del Ecuador, de la que fue investido como su primer y único presidente.
Biografía[]
Nació en Puerto Cabello (actual Venezuela) el 19 de junio de 1799. Su madre fue Rita Flores Bojorques, natural de Puerto Cabello, y su padre fue Juan José Aramburu, rico comerciante vasco.
Participó en el ejército español, en cuyas filas se inició como militar. Pronto rectificó sus pasos y se enroló en las filas patriotas para luchar por la independencia de su patria. Llegó a ocupar los puestos más destacados en la vida militar y política únicamente por sus capacidades notables, su heroicidad, lealtad y talento. Muy estimado por sus superiores, especialmente por Simón Bolívar, los ascensos no se hicieron esperar. A los 23 años de edad fue ascendido a Coronel y designado Comandante General de Pasto, donde a la sazón imperaba el monarquismo español.
En 1823 llegó a Quito en calidad de Comandante General del Ejército. Al año siguiente regresó a Pasto con la misión de pacificarla; pues se encontraba convulsionada debido a la inconformidad de sus habitantes. Logró dominar la situación valiéndose de adulaciones y sagaces concesiones antes que de persecuciones y matanzas. Contrajo matrimonio con una dama de la aristocracia quiteña, Mercedes Jijón y Vivanco, lo que le facilitó su preeminencia social y política. Durante los años 1828 y 1829 tuvo una brillante participación en la defensa de los derechos territoriales del Distrito del Sur (entonces llamado Ecuador) de la Gran Colombia, frente a las pretensiones de la República del Perú.
En 1830 llegó a la cumbre de su vida política y carrera militar al ser nombrado Presidente del Ecuador, cargo que ejerció por tres meses, hasta que fue obligado a salir del país luego de que la Junta de Notables de Quito lo destituyó en favor del mariscal Antonio José de Sucre.
Presidencia[]
Las ambiciones de grupos de interés locales persuadieron a Flores de conspirar contra Bolívar y provocar la secesión del departamento del Sur. Casi al mismo tiempo, el general José Antonio Páez en Venezuela conspiraba por igual.
A los pocos meses de la separación de Venezuela, los departamentos del Distrito del Sur (Ecuador, Guayaquil y Azuay) se declararon independientes con el nombre de "Estado de Ecuador"; y aunque muchos ecuatorianos esperaban el regreso del mariscal Antonio José de Sucre para que tomara el timón del nuevo país, pues se encontraba en Bogotá en un Congreso que intentaba evitar la disolución del sueño bolivariano, Flores se hizo con la presidencia el 13 de mayo, fecha en la que se erigió formalmente la República del Ecuador.
Entre las primeras medidas de Flores estuvieron el cambio de nombre del país, del histórico de Quito al de Ecuador, lo que generó descontento especialmente en los habitantes de la capital. La promulgación de varias leyes que reducían los derechos ciudadanos, sumado al carácter autoritario y la nacionalidad extranjera del Presidente Flores, crearon el ambiente perfecto para que aparecieran grupos antifloreanistas.
De igual manera, Flores impulsó la tesis republicana sobre cualquier otra, aunque para muchos había demostrado que no había traído ningún cambio realmente positivo para el territorio tras la independencia, a tal punto que se volvió popular una frase que rezaba: "último día de nepotismo, y primero de lo mismo".
Acusación del intento de asesinato de Sucre[]
El 4 de junio de 1830, mientras regresaba de un Congreso que intentó inútilmente de evitar la disolución de la Gran Colombia, tiene lugar un intento de asesinato al mariscal Sucre. El hecho, acaecido en las montañas de Berruecos (actual Colombia), generó la empatía de los quiteños que lo recibieron por todo lo alto a su arribo a la ciudad el 12 de junio.
De manera extraoficial, y entre los comentarios de la gente (incluidas las esferas políticas), Flores era uno de los principales sospechosos del complot que había pretendido acabar con la vida del Mariscal de Ayacucho, pues temía que su bien ganada popularidad terminaría arrebatándole el poder del país.
Caída del Gobierno[]
Para finales del mes de junio, el descontento del pueblo con el gobierno floreanista era muy evidente, y se hablaba constantemente del deseo de solicitar su renuncia, a lo que Flores respondió con una Constitución represiva y que violentaba los derechos individuales en favor de evitar cualquier revuelta.
Ante esta situación caótica de la nación, una Junta de Notables encabezados por el Marqués de Selva Florida, se reunió en la Mansión Carcelén y solicitó a Antonio José de Sucre que se haga cargo del poder; petición a la que el Mariscal se niega en primera instancia, pero que en razón de la insistencia promete revisar. Al día siguiente, 3 de julio, el hecho llega a oídos del presidente Flores, quien ordena la prisión de Sucre y los dirigentes de la Junta de Notables; al enterarse de la orden el pueblo se amotina y no permite el acceso de la guardia presidencial a la Mansión Carcelén, mientras otro grupo de ciudadanos comandados por el general del Ejército, aprovecha que el Palacio de Carondelet queda poco resguardado y entran en el edificio, destituyen a Flores y lo encarcelan.
Ante la presión popular, y el hecho que Bolívar le había escrito una carta en la que mostraba su preocupación ante la falta de un líder en la novel nación que se había desprendido de su sueño grancolombiano, el 5 de julio Antonio José de Sucre asumió el poder transitorio y la labor de buscar la mejor forma de gobierno para el país.
Exilio y muerte[]
Más adelante, Flores, ya desde el exilio, tramó una invasión al novel Imperio de Quito, para la que obtuvo apoyo y financiamiento de María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Reina regente de España, con el fin de colocar en el trono quiteño a su hijo Agustín Muñoz y Borbón. También se habla de las negociaciones con el rey francés Luis Felipe I, para nombrar Emperadores de Quito a su décimo hijo, Antonio de Orleans, Duque de Montpensier y su esposa, la infanta española Luisa Fernanda de Borbón, hija también de la mencionada reina María Cristina. La intentona fue repelida con dureza por los cancilleres latinoamericanos asignados en Europa, y Flores tuvo que retornar al exilio.
Durante un tiempo residió en Costa Rica, donde tuvo estrecha amistad con el Presidente José María Castro Madriz. El Congreso lo declaró Ciudadano esclarecido de Costa Rica, pero Flores declinó el honor y poco después abandonó el país con rumbo a París, en donde murió el 1 de octubre de 1864. Siendo enterrado junto a sus esposa, Mercedes Jijón y Vivanco, en un cementerio de la capital francesa.
Durante el reinado de María Teresa, los hijos del general Flores solicitaron varias veces la repatriación de los restos de su padre valiéndose de su calidad como primer jefe de Estado del país independiente. Aconsejada por su primer ministro Gabriel García Moreno y el Arzobispo de Quitburgo de que aquello era lo cristianamente correcto, la emperatriz terminó accediendo a pesar de que aún se mantenían los rumores de que él había intentado asesinar a su padre en 1830. Finalmente, y después de algunos trámites que tardaron hasta tres años, Flores y su esposa fueron trasladados a la Catedral de la ciudad de Quitburgo en 1897, en donde se les levantó una urna de mármol con la leyenda "Al primer líder del Quito independiente".