María Isabel de Sucre-Quito | ||
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Princesa de Sucre | ||
Historia Alternativa: Reino de Quito | ||
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Reinado | ||
15 de enero de 1832 - 10 de abril de 1854 | ||
Información personal | ||
Nombre secular | Ana María Isabel Ignacia Felipa de Sucre-Quito y Carcelén de Guevara. | |
Otros títulos |
Gran Duquesa de Quito (1832-1887) Duquesa de Guayaquil (1854-1887) Marquesa consorte de Santay (1854-1887) | |
Nacimiento |
15 de enero de 1832 Palacio de Carondelet, Quitburgo. | |
Fallecimiento |
6 de agosto de 1887 (55 años) Palacete García-Infante, Guayaquil. | |
Sepultura | Mausoleo imperial, Quitburgo. | |
Familia | ||
Casa real | Casa de Sucre-Quito | |
Padre | Antonio José de Quito | |
Madre | Mariana de Quito | |
Consorte | Gabriel García Moreno | |
Hijos | Véase Descendencia | |
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María Isabel de Sucre-Quito (Quitburgo, 15 de enero de 1832 - Guayaquil, 21 de julio de 1887), fue la segunda hija de los emperadores Antonio José y Mariana de Quito, y como tal Princesa de Sucre desde su nacimiento. Fue además Gran Duquesa de Quito y Duquesa de Guayaquil después de su matrimonio. Notable filántropa y mecenas de varios artistas en Ambato, por lo que hoy en día lo que fue su residencia en el Palacio de La Lira cuenta con una de las más importantes colecciones de arte del país, además de una de las bibliotecas más grandes de la ciudad.
Infancia[]
Tras un aborto espontáneo de la Emperatriz, en agosto de 1830, Mariana vuelve a quedar embarazada al año siguiente, dando a luz a la princesa María Isabel el 15 de enero de 1832, en el Palacio de Carondelet.
Bautizada el 27 de febrero de 1832 en la iglesia de San Francisco, recibió los nombres completos de Ana María Isabel Ignacia Felipa de Sucre-Quito y Carcelén de Guevara, teniendo como padrinos a sus tíos: José María de Sucre y Alcalá, rey de Guayas; Ana María de Sucre y Márquez, reina de Azuay; María Rosa Carcelén de Guevara y Larrea-Zurbano, princesa de Carcelén; y Vicente Aguirre, general del ejército quiteño y amigo personal del emperador.
Tras su nacimiento la emperatriz nombró una de las damas de su Corte como nodriza de las dos princesas: doña Virginia Aguirre y Solano, marquesa de Yavirac. Con el tiempo la Marquesa se convertiría en parte importante de la vida de María Isabel en especial, pues su hermana mayor, destinada a heredar el trono de Quito, pasaba mucho tiempo con tutores especializados.
A los 12 años la Princesa enfermó de viruela, pero los cuidados personales de su madre y el médico de cabecera de la familia real lograron que la niña supere un episodio que pudo ser catastrófico. Desde entonces María Isabel se volvió muy devota y asistía a misa en la Catedral dos veces al día en compañía de su nodriza.
Alrededor de los 15 años desarrolló su gusto por los libros, en especial históricos, y hasta llegó a escribir un ensayo sobre la princesa aborígen Paccha, que actualmente se enlista como un documento importante en el Fondo de Historia de la Biblioteca Nacional. Cuando alcanzó la edad casamentera (18) era indudable que se había convertido en una joven mucho más agraciada que su hermana mayor, y se había ganado la fama de ser una de las mujeres más hermosas del imperio. Fue pretendida por varios jóvenes importantes del país y de lugares como México, Brasil y Bélgica, incluso el Emperador dio su autorización para que varios de ellos la visitasen; más, la Princesa nunca se mostró interesada en ninguno.
Matrimonio[]
Cuando contaba con 21 años de edad, la Princesa conoció al Senador Gabriel García Moreno, que por aquel entonces acababa de ser electo Presidente del Parlamento, y quedó prendada de su agudeza mental y carácter fuerte. Pronto la pareja empezó a frecuentarse con el beneplácito de la emperatriz Mariana, que veía en el joven Gabriel a un devoto religioso y prominente político proveniente de una de las mejores familias de la ciudad de Guayaquil.
El 10 de abril de 1854, un año después de su primer encuentro en la Recepción de Apertura del Parlamento, María Isabel y Gabriel contraen matrimonio en la Catedral de la ciudad de Quitburgo, acto al que le siguieron tres días de celebración nacional decretada por el emperador Antonio José.
Tras la ceremonia religiosa, y en acto privado en el Salón de Embajadores del Palacio de Carondelet, María Isabel fue despojada de su título de Princesa como marcaba la ley de la Casa Real de Quito para los hijos del soberano que contrajeren matrimonio, y le fue conferido el título de Duquesa de Guayaquil, aunque conservó el de Gran Duquesa de Quito. De igual forma su esposo fue nombrado Duque Consorte de Guayaquil y le fueron conferidos el Marquesado de Santay y el Condado de Casa García-Moreno.
Descendencia[]
La pareja se estableció en el Palacio de El Deán, donde María Isabel dio a luz a sus cinco hijos, todos Grandes Duques de Quito por nacimiento:
- Jacinto José Antonio Miguel de García-Moreno y Sucre, príncipe de Almagro, I Duque de Cochasquí y II Conde de Casa García-Moreno (07/03/1855). Se casó con Lucía Moscoso y Gangotena, Baronesa de Casa Gangotena, con descendencia.
- Ana María Teresa de García-Moreno y Sucre, I Duquesa de Chillo y II Marquesa de Santay (30/11/1857). Se casó con su primo Juan Javier García-Moreno y López, Marqués de San Cristóbal.
- Isabel Felipa Herminia de García-Moreno y Sucre, Duquesa de Chaupicruz (21/11/1861). Murió soltera y sin descendencia.
- Manuel Antonio Gabriel de García Moreno y Sucre, Duque de San Juan (05/09/1865). Se hizo sacerdote en la orden franciscana, murió siendo Abad del convento de San Francisco en la ciudad de Loja.
Vida adulta y muerte[]
En 1860 su esposo se convirtió en Primer Ministro de su padre, el emperador Antonio José, y María Isabel debió pasar largas temporadas sola en el Palacio de El Deán, debido a su lejanía de la ciudad de Quitburgo. Durante este tiempo la Duquesa aprovechó para retomar su costrumbre de la lectura y de los ensayos históricos sobre personajes de la época aborígen del Imperio, tema que le llamaba la atención sobremanera.
Durante sus investigaciones conoció a varios intelectuales con los que formó su propia Corte y organizaba conversatorios públicos sobre historia, antropología, literatura y hasta botánica; para ello adquirió una propiedad en las afueras de la ciudad de Ambato, a la que con los años adecuó hasta convertirlo en un conjunto palaciego conocido como La Liria, aunque solo pasaba algunos meses al año allí debido a que también cumplía con su esposo en la capital.
Cuando Gabriel García Moreno dejó el cargo de Primer Ministro, ya durante el reinado de María Teresa, ambos se retiraron al Palacio de La Liria, donde se convirtieron en mecenas de varios artistas de la ciudad como José Restrepo y Leoncio Holguín, además de continuar enriqueciendo la gran biblioteca que María Isabel había comenzado con sus cortesanos.
En julio de 1887, la pareja viajó a la ciudad de Guayaquil para visitar unos parientes de Gabriel, allí la Duquesa se enfermó de paludismo y murió tres semanas después de haber caido en cama, mientras su hermana aún se encontraba en viaje para poder darle el último adiós. La emperatriz Maria Teresa precidió el cortejo fúnebre de dos semanas que llevó el cuerpo de su difunta hermana hasta Quitburgo, donde fue sepultada en la Cripta Imperial de la iglesia de San Francisco.