Historia Alternativa
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La Unión de Socialrevolucionarios Maximalistas fue un partido político del Imperio Ruso, escindido del Partido Social-Revolucionario durante su primer congreso celebrado a comienzos de 1906.

Maximalistas rusos

Gradualismo vs. una sola etapa[]

Los maximalistas se oponían a la implantación del socialismo a través de dos etapas como propugnaba el teórico del partido Víctor Chernov y acabó aprobando la mayoría del congreso.

Los miembros de esta corriente exigían la expropiación de las fábricas en la primera etapa del proceso, que Chernov dejaba para la segunda y definitiva. Los maximalistas alegaban que el carácter revolucionario del campesinado hacía innecesario el periodo intermedio de gobierno burgués que defendían los socialdemócratas para favorecer el crecimiento del proletariado urbano, única clase revolucionaria según estos.

Dado que el proletariado urbano y el campesinado formaban ya la mayoría de la población, los maximalistas creían que el socialismo podía implantarse directamente sin una fase intermedia.

Chernov rebatió sus argumentos indicando la debilidad del proletariado urbano en Rusia y defendiendo que el programa de dos fases era más realista que la exigencia de la implantación directa del socialismo tras la caída de la autocracia.

Creación[]

En 1906-07, se fundó la "Unión de Socialrevolucionarios Maximalistas" (SSRM) como un partido político independiente. En teoría, se dedicó a la agitación revolucionaria entre trabajadores y campesinos para una revolución socialista inmediata; en la práctica, gran parte de su energía se destinó a la recaudación de fondos por medios criminales y a la violencia contra funcionarios estatales, capitalistas y terratenientes.

A raíz de la revolución fallida de 1905-07, los maximalistas fueron diezmados por los arrestos, pero con dificultad siguieron existiendo como una corriente revolucionaria distinta.

Manifiesto[]

"Los maximalistas en Rusia son los enemigos de los cobardes, el aguijón de los indolentes: han derrumbado hasta ahora todos los intentos de contención del torrente revolucionario, han impedido la formación de pantanos estancadores, de muertes por desgaste. Por eso son odiados por las burguesías occidentales, por eso los periódicos de Italia, Francia e Inglaterra los difaman, intentan desacreditarlos, sofocarlos bajo un alud de calumnias. Las burguesías occidentales esperaban que al enorme esfuerzo de pensamiento y de acción que costó el nacimiento de la nueva vida siguiese una crisis de pereza mental, un repliegue de la dinámica actividad de los revolucionarios que fuese el principio de un asentamiento definitivo del nuevo estado de cosas."

Vea También[]

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