Muerte y funeral de Estado de Adolf Hitler (Heimat)

Der Führer auf seinem Sterbebett

La muerte de Adolf Hitler, líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (1921-1971) y Führer y Reichskanzler del Tercer Reich (1933-1971), se produjo el domingo 8 de agosto de 1971 a las 06:35 (GMT+2) en el Palacio del Führer en Germania, Gran Reich Germanico.

Hitler falleció producto de la Enfermedad de Parkinson que ya llevaba arrastrando desde la Segunda Guerra Mundial.​ De acuerdo con el testamento y las instrucciones verbales de Hitler, su cuerpo estuvo en el Führerpalast una semana antes de ser velado en la Volkshalle, donde asistieron varios oficiales y políticos del Reich como mandatarios y representantes extranjeros. A su vez se decreto dos semanas de luto nacional. Tras el funeral, procedió al entierro del cuerpo del Führer, descansando sus restos en la Führergruft de la ciudad de Linz del Reischsgau Oberdonau.

Antecedentes

Últimos días

Para principios de 1971, era ya evidente el deterioro físico como mental de Hitler. Era incapaz de mantener quieta la mano izquierda y comenzaba a dar signos de demencia. En sus pocos ratos de cordura siempre declaró que nunca haría un testamento por que no pensaba dejar el poder. El día de su cumpleaños 82, Hitler hizo su última aparición pública asomándose por el balcón del Führerpalast. Allí logro pronunciar sin problemas un pobre discurso donde culpaba a los judíos, marxistas, eslavos y estadounidenses de todo lo malo acontecido desde su llegada al poder, como dedicando unas afectuosas palabras a su esposa Eva Hitler. Aunque el discurso fue censurado en Alemania al mostrarse el ya deteriorado estado mental de dictador, fue retransmitido en más de 300 estaciones alrededor del mundo.

Los meses siguientes mermaron aún más la salud mental de Hitler. Preguntaba por la ausencia de los fallecidos Himmler, Goebbels o Göring, a veces creía que se encontraba en Linz, otras en la escuela de arte de Viena y llegó a insinuar que mandaría fusilar a su médico Brandt. El día 6 de junio, el führer sufrió un ataque cardiaco, un equipo médico del Hospital General de Germania se trasladó al Führerpalast. Pese a los consejos de su médico, Hitler presidió un reunión del gabinete dos días después. El día 11 sufrió un segundo ataque cardíaco y se agravaron sus otras dolencias. Desde entonces, todos los intentos de su entorno fueron para prolongarle la vida hasta el Congreso anual del partido en Núremberg en octubre, donde Hitler o el partido deberían elegir un sucesor. A finales de julio sufrió una importante hemorragia estomacal causada por una úlcera péptica. Hitler fue trasladado al Hospital General de Germania y operado para extirparle dos tercios del estómago. También le detectaron uremia, por lo que tuvo que ser sometido a diálisis.

Fallecimiento

Consecuencia de las perforaciones efectuadas durante la segunda operación que se le realizó, Hitler contrajo una peritonitis aguda que le causó fallos multiorgánicos. El 5 de agosto fue operado por tercera y última vez y, el 6, su cirujano personal anunció que no volvería a intervenir. El 7, el Führer regresó al Führerpalast por petición expresa. Esa misma noche a las 23:15, la enfermera Frederika Wagner procedió a retirarle los tubos que le conectaban a las máquinas que le mantenían con vida, llegándole finalmente la muerte por choque séptico a las 06:35 horas del 8 de agosto. ​Las enfermeras que estaban a su lado cuando se produjo el fallecimiento, alzaron los brazos realizando el saludo nacional. Los primeros en recibir la noticia fueron Speer, Dönitz y Bormann.

Sin embargo, la muerte oficial no se anunció hasta las 10:00 am del mismo día. Albert Speer informó oficialmente el desceso a través de la televisión en un discurso:

"Querido pueblo alemán. Informo con dolor, que nuestro Fuhrer, Adolf Hitler, ha fallecido esta mañana."

La inesperada noticia fue recibida, mayoritariamente, por gran tristeza por parte del pueblo alemán, no faltando las lágrimas como los llantos masivos, principalmente en Germania.

Funeral y sepelio

El cuerpo permaneció en el Führerpalast una semana hasta el día 15 de agosto, donde fue embalsamado y custodiado por las Waffen-SS, autoridades del gobierno y la Führergattin Eva Hitler custodiaron el féretro en todo momento. El día 10, siguiendo el testamento de Hitler, Martin Bormann se convirtió en el nuevo líder del NSDAP. Hitler no había expresado por escrito quien sería su sucesor, así que Bormann con la esperanza de hacerse con el poder pidió al Reichstag una votación como nuevo Reichsprasident de Alemania, sin embargo los altos cargos del partido se dividieron en dos fracciones, los defensores del general Rommel y del Reichsführer-SS Heydrich. Rommel había sido propuesto por Speer y era apoyado por la mayor parte del partido que se había vuelto tecnócrata y se había despojado de buena parte del racismo y antisemitismo del antiguo partido. A medianoche del día 10, Bormann agilizó el proceso para que Rommel asumiera la jefatura del estado y la comandancia suprema del ejército.

El día 15 de agosto, el féretro de Hitler fue montado en un Großer Mercedes, como el que él había utilizado de 1930 a 1943, fue conducido por su chófer Erich Kempka y es llevado solemnemente al Volkshalle donde se realizaría un funeral multitudinario. En torno a 800.000 personas accedieron dentro del edificio mientras que más de 1 500 000 esperaba en la Hitlerplatz. Al funeral asistieron mandatarios y dirigentes de todo el Pacto de Potencias del Eje. Algunos de los asistentes extranjeros fueron el rey Eduardo VIII, Oswald Mosley, Francisco Franco, Pierre Laval, Augusto De Marsanich, Augusto Pinochet o Marcelo Caetano. Dentro del Volkshalle se entonó el Horst-Wessel-Lied varias veces, tocado por la Orquesta Nacionalsocialista de Germania. Los Hail Hitler y los Sieg Hail fueron frecuentes entre los presentes. Rudolf Hess leyó un discurso elogiando a los Alter Kämpfer y rememorando a los líderes ausentes como Hermann Göring, Joseph Goebbels y Heinrich Himmler.

Paralelamente al funeral se registró un número de suicidios masivos por toda Alemania, principalmente opositores a Rommel y Kiesinger partidarios de la línea dura. Muchos alemanes no habían vivido más allá del Tercer Reich y prefirieron la muerte antes que encontrarse en un mundo sin su führer. La viuda de Joseph Goebbels, Magda, se suicidó al enterarse de la noticia del fallecimiento de Hitler, argumentando que no valía la pena vivir en un mundo sin él. Rommel ordenó a la RZF mostrar mensajes antisuicidas. Las autoridades estimaron en torno a 30.000 suicidios causados al fallecimiento de Hitler desde el 9 al 20 de agosto. Sin embargo, se dice que en realidad las cifras no fueron tan altas y que fueron los Aliados los que las exageraron.

Después del funeral, el día 16 de agosto, el féretro fue conducido en tren hacía las Führerstadt del Reich, primero llegó a Núremberg, después Múnich, Hamburgo y finalmente a Linz. En Linz, Hitler había pasado buena parte de su juventud, después de la guerra, junto a Speer había convertido a la ciudad la primera metrópolis del Danubio superando a Viena. En 1943 había expresado su deseo de que se le enterrase en la ciudad. El sepelio se llevó a cabo el día 20 de agosto.

Asistentes

Nacionales

• Rudolf Hess — Militar y político retirado.
• Martin Bormann — Nuevo líder político del NSDAP
• Karl Dönitz — Almirante retirado, Jefe de Estado interino y Ministro de Asuntos Exteriores del Reich.
• Albert Speer — Jefe de Gobierno interino y Arquitecto creador de Germania como amigo personal de Hitler.
• Reinhard Heydrich — Reichsführer-SS y sucesor del asesinado Heinrich Himmler.
• Helmut Goebbels — Ministro de propaganda como sucesor e hijo del fallecido Joseph Goebbels.
• Alfred Rosenberg — Líder de la Iglesia Nacionalsocialista.
• Eva Hitler — Esposa del Führer.

El reciente Reichspräsident Erwin Rommel como Reichskanzler Kurt Georg Kiesinger no estuvieron presentes en el funeral como en el entierro.

Internacionales

• Augusto De Marsanich — Presidente de Italia.
• Giorgio Almirante — Presidente del Consejo de Ministros y Secretario General del Partido Republicano Fascista de Italia.
• Eduardo VIII — Rey del Reino Unido
• Wallis Simpson — Consorte de Eduardo VIII
• Oswald Mosley — Ex primer ministro del Reino Unido. Curiosamente, dejó el cargo tres días antes del fallecimiento de Hitler.
• Pierre Laval — Jefe de estado de Francia.
• Francisco Franco — Jefe de estado y Caudillo de España.
• Carmen Polo de Franco — Esposa del caudillo de España.
• Luis Carrero Blanco — Segundo al mando de Franco y su futuro sucesor.
• Pieter Willem Botha — Vice primer ministro de Sudáfrica.
• Ian Smith — Primer ministro de Rodesia.
• Hosni Mubarak — Jefe de estado de Egipto.
• Veikko Vennamo — Jefe de estado de Finlandia.
• Georgios Zoitakis — Jefe de estado de Grecia.
• Mihai Antonescu — Conducător de Rumania.
• Augusto Pinochet — Jefe de estado de Chile.
• Juan Domingo Perón — Jefe de estado de Argentina.
• Eva Perón — Primera dama de Argentina.
• Javier Pérez de Cuellar — Representante del Perú.
• Carlos Castillo Armas — Presidente de Guatemala.
• Alparslan Türkeş — Líder Supremo y Presidente de Turquía.

Consecuencias

Deshitlerización

Artículo principal: Deshitlerización

La principal medida tras la muerte de Hitler fue la llamada Deshitlerización, donde se reformaron o quitaron directamente ciertos aspectos del régimen nacional socialista durante el resto de la década de 1970. Su principal impulsor fue el presidente Erwin Rommel.

Reacciones

Organismos internacionales

Comunidad Europea

La Comunidad Europea expresó su pesar por el fallecimiento del Führer, recordando su gestión en Alemania como brillante y eficaz, sobretodo a la hora de reconstruir el país antes y despues de la guerra, como toda Europa tras la victoria alemana.

Países

• Italia — El gobierno italiano fue el primero en dar sus condolencias en un comunicado oficial y decretó tres semanas de luto nacional por el fallecimiento del Führer. Tanto el presidente Augusto De Marsanich como el presidente del Consejo de Ministros y secretario general del Partido Republicano Fascista Giorgio Almirante asistieron al funeral de Hitler.
• Reino Unido — Como el gobierno italiano, el Reino Unido también dio sus condolencias y decretó dos semanas de duelo nacional. El anciano monarca Eduardo VIII y su consorte Wallis Simpson asistieron al funeral. El ex primer ministro Oswald Mosley también asistió.
• Francia — Francia decretó tres semanas de luto nacional. El jefe de estado francés Pierre Laval fue de los primeros en informar oficialmente la noticia, como en asistir al funeral.
• España — España dio tres semanas de luto nacional. Del mismo modo, Francisco Franco asistió al funeral acompañado de su sucesor Luis Carrero Blanco. Franco comparó a Hitler con Primo de Rivera en su discurso informando la noticia.
• Estados Unidos — Estados Unidos no se pronunció oficialmente al respecto del fallecimiento. El secretario de estado, William P. Rogers tras ser preguntado por un periodista declaró «desear lo mejor para el pueblo alemán». Sin embargo, la diáspora alemana en el país celebro la muerte del dictador al considerarlo el principal responsable que tuvieran que huir de su patria.
• Canadá — Canadá tampoco dio pronunciamiento oficial por el fallecimiento. Su diáspora alemana igualmente celebro la muerte de Hitler.
• Rusia — A pesar que Rusia no dio pronunciamiento oficial por el deceso, varias ciudades rusas alrededor del país en actos no oficiales celebraron la muerte del Führer, principalmente los re asentados rusos que fueron expulsados tras la anexión de la Rusia europea, como ucranianos y bielorrusos.
• Sudáfrica — Pese a dar condolencias oficiales, Sudáfrica solo envió al entonces viceprimer ministro Pieter Willem Botha como representante al funeral del Führer. La diáspora alemana en Sudáfrica dio un tributo al fallecido dictador en la embajada alemana en Pretoria.
• Rodesia — Rodesia decretó una semana de duelo nacional. El Primer ministro rodesiano Ian Smith si asistió al funeral a diferencia de Sudáfrica. La diáspora alemana de Rodesia también hizo un tributo al fallecido dictador en su embajada.
• Perú — Perú no se pronunció al respecto. Fue el único país oficialmente enemigo del Reich que envió un representante al funeral del Führer, decisión que fue muy criticada tanto nacional como internacionalmente.
• Chile — Chile decreto una semana de luto nacional. Su jefe de estado, el general Augusto Pinochet fue también de los primeros en asistir al funeral. También estuvo presente en el entierro junto a Franco, Perón, Laval y Botha.
• Argentina — Argentina igualmente decretó una semana de duelo nacional. Perón igualmente asistió al funeral, quedándose durante todo el proceso hasta el entierro del Führer.

Otros gobiernos considerados enemigos en ese entonces por el Reich como Cayena, Demerara, China o Japón ignoraron el suceso.