
Fachada principal del Palacio, vista desde la avenida de entrada.

Portada de la Capilla del Palacio.

Vista del patio interior del Palacio.

Vestíbulo y pasillo principal del Palacio.

Salón de Estado, parte de los Apartamentos coloniales de Protocolo.

Sala del Crucifija, utilizado para las audiencias privadas de Su Majestad.

Escaleras del Palacio.

Comedor familiar, parte de los Apartamentos Privados del palacio.

La conocida Habitación de Los Geranios.
El Palacio de La Ciénega, también llamada Hacienda La Ciénega, es una gran mansión campestre de Quito, situada en las cercanías de la ciudad de Latacunga, en el Gran Ducado de Cotopaxi; aproximadamente a una hora de Quitburgo. Se convirtió en residencia real durante el reinado de María Teresa, y actualmente es propiedad privada de la familia Wittelsbach-Sucre.
Historia[]
En 1695 el maestre de campo, Mateo de la Escalera y Velasco, compró a Bernardo Suárez Cabeza de Vaca las tierras que corresponden a la actual Hacienda La Ciénega, tal como reza en el documento:
- "Una casa de hacienda con cocina, 22 caballerizas, troje, capilla, una cuadra de alfalfa, patio de tientas, 96 cabezas de ovejas de castilla, 100 puercos, bueyes de arada, 54 fanegas de cebada sembrada , 30 costales de papas sembradas, 50 reses de ganado vacuno, vacas y toros grandes y chicos (…) Se expresa en el precio y cuantía de 4500 pesos y ocho reales”
- Francisco Dionisio Montenegro – Escribano de su Majestad.
La Ciénega le perteneció a los descendientes del maestre De la Escalera, entre los que se cuentan los Marqueses de Maenza, quienes vivieron en el edificio hasta cerca de 1845, que se traladaron a un palacete en el centro de Latacunga y dejaron la casa de hacienda únicamente para los fines de semana y como centro de operaciones de la enorme producción agropecuaria.
En 1850 la casa y los jardines fueron alquilados por el emperador Antonio José para recibir a su futuro yerno, el príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo-Gotha, que se instaló en la mansión hasta el día de su matrimonio con la futura emperatriz María Teresa en 1851. Hasta 1869 permaneció en alquiler como sitio de descanso de la familia imperial, año en el que la ya emperatriz María Teresa adquiere la propiedad por 500.000 coronas.
La hacienda fue estratificada como Palacio oficialmente el 15 de marzo de 1872. La familia Sucre invirtió su propio dinero en varias ocaciones para la readecuación, amoblado y mantenimiento del edificio, así como de las tierras agrícolas que forman parte de la Hacienda y que generan las rentas necesarias para que en la actualidad el sitio se autosustente.
Huéspedes ilustres[]
En 1736 llegó a Quito la expedición geodésica de los científicos franceses. Carlos María de La Condamine entabló una gran amistad con el Marqués de Maenza, propietario de La Ciénega, en donde se alojó hacia 1742 con el ánimo de observar de cerca las erupciones del Cotopaxi.
Por la misma época conoció La Ciénega el padre jesuita Mario Cicala, quien la describe así: “Es una inmensa y riquísima hacienda perteneciente al Marqués de Maenza, caballero cruzado en España, de la orden llamada Calatrava y, en Francia, de la orden llamada Sancti Spiritus. Está enclavada en una espaciosísima llanura frente al volcán Cotopaxi a una distancia de siete leguas de Latacunga y a diez leguas de dicho volcán. La avenida de entrada es bella, llana y ancha.. La construcción es sobremanera soberbia, de piedras finísimas y argamasa, con espaciosos corredores y patios. Cada habitación tiene preciosísimos muebles y adornos”.
En el año de 1802 La Ciénega tuvo otro huésped ilustre: Alexander von Humboldt. Con motivo de su visita en compañía de Aimé Bonpland y Carlos de Montúfar, Humboldt escribe: “Se ve al mismo tiempo y en proximidad estremecedora, el colosal volcán Cotopaxi, los picos titánicos de los Ilinizas, el nevado Quilindaña. Es una de las vistas más majestuosas e importantes que me han ocurrido en ambos hemisferios”.
Interiores[]
La decoración y distribución interna del Palacio de La Ciénega responde a varias remodelaciones a lo largo de sus casi tres siglos de existencia, por lo que se pueden encontrar al menos tres estilos marcados: colonial campestre, victoriano campestre y neoclásico.
Apartamentos de Protocolo[]
El palacio es particularmente conocido por los llamados Apartamentos Coloniales de Protocolo, una serie de estancias dedicadas a las ocasiones de Estado y visitas oficiales, así como a grandes bailes y cenas. Estas diez habitaciones conservan el más puro estilo colonial campestre, entre los que destacan el Salón de Estado, que es el más grande del recinto y es usado para como salón de recepciones y comedor; el Salón Blanco de Audiencias, que correspondería a una suerte de sala del trono; la Sala del Crucifijo, utilizada para audiencias privadas; y el Despacho de Su Majestad.
Se encuentran ubicados en el primer piso, distribuidos alrededor del patio interior, al cual todos tienen acceso mediante un zaguán abierto que recorre el rededor. Hasta mediados del siglo XIX algunas estancias de esta sección correspondían a bodegas de los productos que producía La Ciénega, por lo que poseen techos bajos y paredes de piedra que fueron dejadas como un recordatorio al pasado de la hacienda.
Todos los espacios de los Apartamento Coloniales de Protocolo se encuentran en el recorrido que pueden hacer los visitantes cuando la familia real no se encuentra ocupando la propiedad, especialmente en los meses de octubre a mayo.
Apartamentos Familiares[]
Ubicados en parte del segundo piso, los Apartamentos Familiares fueron totalmente remodelados por la emperatriz consorte Blanca de Orleans a inicios del siglo XX, por lo que su decoración es marcadamente victoriana con toques de english country house.
En las ocho estancias que conformas esta sección destacan los papeles tapices importados de Francia e Inglaterra con diseños florales, además de las cortinas a juego y las alfombras inglesas, algunas de las cuales fueron un obsequio de la reina Victoria a su sobrina Blanca.
El comedor familiar, la sala de visitas, el salón pequeño de baile, el despacho de la Consorte y la sala de juegos son algunos de los espacios que la familia real usa con frecuencia durante sus vacaciones de verano, y que pueden ser visitadas como parte del tour que permite al público conocer el Palacio el resto del año.
Apartamentos Privados[]
Se encuentran ubicados en parte del segundo piso del palacio, así como en la pequeña sección que corresponde al tercer piso que se aprecia desde la portada del edificio. En los Apartamentos Privados, que están totalmente fuera de los recorridos turísticos, se encuentran algunas salillas de televisión y las habitaciones de la familia, así como las de invitados.
Entre las 15 habitaciones destacan la Habitación de Los Geranios (llamada así por ser las flores que aparecen el papel tapiz), donde se alojan huéspedes ilustres; así como la de Sus Majestades.La decoración, aunque concebida a finales del siglo XX, tiende a mantener el estilo victoriano de los Apartamentos Familiares, aunque con una comodidad más acorde a la época actual, sobre todo en los baños y la calefacción.