Parque de San Idelfonso (Toledo Capital de España)

Parque de San Idelfonso
Localización
Características
Tipo	Parque Público
Estatus	Patrimonio de la Humanidad
Área	35,5 ha
Fechas destacadas
Creación	1721
Administración
Operador	Ayuntamiento de Toledo
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El Parque de San Idelfonso, conocido popularmente como San Idelfonso es un parque público de Toledo. Considerado como una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, alberga numerosos conjuntos arquitectónicos, escultóricos y paisajísticos de los siglos XVIII y XIX, entre los que destacan el célebre Palacio Real de San Idelfonso, el Parterre, los Jardínes Apolo, la Cascada Monumental o el Museo de Geología. Esta situado en su totalidad en la isla homónima, situada sobre el río Tajo.

Durante gran parte de la Edad Media, la isla, fue lugar de caza reservado para los reyes de Castilla, quienes la frecuentaban dada su riqueza cinegética y cercanía a Toledo. El rey Enrique IV construyó un albergue y una pequeña ermita dedicada al arzobispo San Ildefonso. El rey Felipe II realizó la última reforma y convirtió el edificio en un suntuoso palacio que sirvió de residencia a sus sucesores hasta Carlos II, en tiempo del cual un gran incendio destruyó la parte de poniente en 1682. Felipe V, quien se había criado en el lujo del Palacio de Versalles, buscaba cuando ascendió a rey de España, buscó un lugar donde recrear la proeza realizada por su abuelo, fue así como en 1721 comenzó la creación del palacio, que proyectaba grandes y amplios jardines que ocuparan la totalidad de la isla. Tras la muerte de este Isabel de Farnesio fue quien realizó grandes transformaciones en el palacio. En 1888 el parque se volvió célebre por acoger la Exposición Universal de Toledo, construyendo la mayoría de grandes monumentos que se conservan a día de hoy.

En 1992 fue declarado Patrimonio de la Humanidad, incluido en la Ribera del Tajo. El Parque de San Idelfonso acoge también varios eventos de relevancia para la capital española, como las Ferias Internacionales de Arte Contemporáneo o el Encuentro en los Jardines.

Historia

Siglos XVIII y XIX

Apertura al público

En 1787, el jardín era uno de los más vistosos de la ciudad, sin embargo eran totalmente desconocidos para el pueblo llano, ya que toda la isla se hallaba cercada, siendo dependencias reales. Carlos III, que realizó varias reformas al palacio decidió convertir los jardines en un gran parque público, del que todo el mundo pudiera disfrutar.

Grabado de una fiesta en los Jardínes de Apolo (1823)

La apertura al público vino acompañada de gran plan de remodelación de toda la isla. Se planteó la construcción de tres grandes plazas donde se podrían instalar grandes pérgolas para la celebración de parques y jardines. Las tres plazas estarían conectadas por tres grandes paseos repletos de flores y vegetación que a su vez acabarían desembocando en otros caminos muchos más pequeños. La plaza más famosa, fue la Plaza de Apolo, la primera de las tres en finalizar su construcción, se construyó una gran pérgola que es conocida popularmente por la sociedad toledana como el Kiosko de Apolo. Fue este el lugar donde Isaac Peral presentó su proyecto del submarino. Perpendicularmente a la plaza de Apolo se construyeron los Jardínes Apolo, con flora única traída de todos los lugares del mundo. A lo largo del siglo XIX, los jardínes ganaron popularidad al ser el hogar de multitud de verbenas y fiestas de la sociedad burguesa española decimonónica. Finalmente los nuevos jardínes, que por primera vez adquirieron el nombre de Parque de San Idelfonso, fueron inaugurados por Carlos III.

Desarrollo

Carlos IV descuidó bastante el estado del Parque, ya que al contrario que sus predecesores pasaba más tiempo en el Palacio de Oriente que en San Idelfonso. Aún así bajo el reinado de este son visibles varios cambios de vital importancia.

Transporte

El transporte en el Parque de San Idelfonso es complicado, solo existe una calle que comunica la isla con el resto de la ciudad, el Paseo de Farnesio.