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El Sitio de Sevilla tubo lugar en la fecha francesa 3 al 14 de pluvioso del año XLV de la Revolución (esto es, 22 de enero al 11 de febero del año 1838 de la era cristiana).
Por ella se dio fin a la llamada Revolución Esparterista, con la derrota del Ejército Real a manos de tropas francesas.
Desarrollo[]
Inicialmente Espartero inició la conquista de las zonas de Andalucía al sur, logrando capturar Málga y otras ciudades costeras desde el norte de dicha ciudad hacia el límite de la península de Gibraltar. Comenzó a avanzar tierra adentro a fines de 1837, y sus ejércitos se encontraron a las puertas de Sevilla el 22 de enero de 1838.
El asedio fue dirigido por Espartero en persona, quien entró a la ciudad con 3700 soldados a sus órdenes. Otros 500, armados con artillería, llegaron tres días después, dirigidos por Antonio González y González.
A 29 de enero, los esparteristas atravezaron el puente Beauharnais (OTL puente Isabel II), cañoneando a sus defensores desde el otro lado del río, matándo a 150 leales. Al día siguiente cruzó la caballería y, junto a los granaderos de a pie, asaltaron el campamento en la plaza de armas, matando a 120 franceses. El día 31, la artillería cruzó el río, ya libre de toda amenaza, y se movilizó junto al resto del ejército a la Catedral Giralda, donde cateron 90 leales al mando de Aquiles Murat, príncipe de Nápoles.
El 2 de febrero llegaron 300 soldados de a pie, armados con armas de fuego de largo alcance, enviados por el caudillo Manuel Pinedo bajo el mando de su lugarteniente, Leopoldo O'Donnell. Estas tropas cruzaron el puente que llevaba a la Torre de Oro. El 5 de febrero habían matado a 300 milicianos de Murat, y sus tropas se habían reunido con las de Espartero en el recientemente tomado campamento leal, en la Alameda de Hércules, que resistió por cinco días al asedio e impidio el avance, pero finalmente cayó dejando un saldo de 270 muertos.
La situación parecía insostenible para Murat, que aguantaba desde el sexto día del mes en la plaza y los alrededores de Triana. El 12 de febrero, llegaron 4000 soldados dirigidos por Francisco Amorós, el gobernador pro-francés de España. En diez días, logró expulsar a los independentistas de la ciudad.
También cabe destacar que, luego de echar a Espartero, Amorós planeó retomar Cádiz. La batalla de Cádiz vio una victoria esparterista, aunque Sevilla tardaría otros tres años en ser conquistada por el bando liberal.