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Autores originales:
Introducción
Constantinopla... te conquistare o tu me conquistaras... – Mehmed II
A inicios del siglo XV el Imperio Bizantino se encontraba en una situación deplorable; los turco-otomanos le habían arrebatado varios de sus antiguos territorios, y la amenaza de la desaparición de la monarquía bizantina estaba en juego. Tras la muerte del sultán Murad II (que había mantenido buenas relaciones con el Imperio) y el ascenso al trono de Mehmed II, la situación se ponía cada vez más crítica para el gobierno bizantino, que en aquel entonces necesitaba del mayor apoyo posible.
En estas circunstancias, el emperador Constantino XI Paleólogo pidió ayuda al Papado Romano, con una nueva propuesta para unificar las iglesias de Occidente y Oriente; el emperador proponía establecer un periodo para que los bizantinos aceptaran el rito latino, y que este mismo no debería tardar mucho (según el mismo Constantino). Asimismo, el monarca bizantino pidió al Papa que enviara más ayuda en socorro de Constantinopla, a lo que el Sumo Pontífice respondió: "No dejaremos que Roma caiga de nuevo". Rápidamente, varias naciones europeas enviaron auxilio al Imperio Bizantino, el cual resistió los ataques otomanos, y los venció.
Tras la victoria frente a los otomanos, Constantino XI logro mantener la unidad dentro del imperio que había heredado, y años más tarde realizaría una de las campañas militares más largas en la historia bizantina; la Reconquista Bizantina, que consistía nada más y nada menos que en recuperar los territorios que pertenecían por derecho al Imperio Bizantino, al Imperio Romano Oriental.
Reconquista de Grecia
Desde 1453 hasta 1464, Constantino XI armó un ejército compuesto por su ejército de Constantinopla y los efectivos liderados por su hermano Tomás, Déspota de Morea, y las tropas epirotas, georgianas, y trebisonzes. Pese a su número reducido, los Otomanos tuvieron que dividir su ejército por todos los Balcanes, pues la derrota significativa en el Asedio de Constantinopla había prendido las llamas de rebelión en los reinos de Serbia, Bulgaria, Albania y Valaquia, quienes comenzaron a expulsar a los turcos de sus territorios.
Constantino XI también tuvo la inestimable ayuda de la población griega y latina local, más allá de superar un asedio, la derrota de los turcos en las puertas de Constantinopla era vista como un milagro por la gente. El hecho de ver que los Otomanos no eran invencibles y que Constantino XI pudo vencerlos les dio esperanza, y en donde quiera que el Basileus llegase era recibido con pompa y con hombres dispuestos a sumarse a su causa de liberación.
Para 1464, el sultán Mehmed II se veía totalmente rodeado en la ciudad de Adrianopolis. El joven e impetuoso sultan había perdido el favor de sus visires, quienes lo envenenaron en favor de su hermano, Orhan (Orhan II). A cambio de un salvoconducto y una indemnización bastante notable, los turcos fueron finalmente expulsados de Europa ese año y el Imperio Romano de Oriente ocupaba toda la Grecia Continental.
Reinos de Taifas
En 1463 el sultan Orhan II murió sin descendencia y por ley el trono debía pasar a su hermano Hasan, pero parte de la corte otomana tenía su propia agenda e intereses. Estos nombraron al hermano menor de Orhan II, Küçük, con el nombre de Murad III. Esto desencadenaría la Segunda Fitna entre los Otomanos, la cual duraría quince años y acabaría con la dinastia Osmali.
Constantino XI no intervino inmediatamente en el conflicto, el Imperio seguía en recuperación y por eso seguía un rígido programa de reformas administrativas, económicas y militares. Durante estos años el Imperio Romano vio el resurgir de los themata (soldados colonos con títulos heredables, pero sin el poder de acumular latifundios), el empleo de arcabuceros como columna vertebral del ejército, la revalorización de los hiperpiros de plata y oro, y la ampliación de la flota.
La nueva flota estaba inspirada en las naves genovesas y venecianas (galeras), aunque los dromones siguieron formando parte de la flota imperial por su falta de dependencia al viento. Esta flota llegaría a sumas unos 400 navíos para finales del reinado de Constantino XI, y aunque carente del perdido fuego griego, estos emplearon cañones en su lugar. Esta flota también tenía el deber de proteger a la nueva flota mercante en los viajes entre el Mar Negro y el Mediterráneo.
Los romanos no intervinieron en la Segunda Guerra Civil Otomana, hasta que 1466 el sultán Hasan I solicitó el apoyo bizantino para enfrentar a su rival. Constantino XI fue hábil y en lugar de mandar a sus mejores hombres, envió mercenarios que más que ayudar solo comprometieron la pocision de ambos ejércitos al atacar a tanto los ejercitos enemigos como aliados. Esto terminaría por alargar el conflicto y terminaría por fragmentar el Imperio Otomano en multitud de taifas diferentes.
Varias de estas taifas terminarían por pagar parias (tributos) al Imperio Bizantino para protegerlos de los Otomanos u otras taifas rivales. Entre ellas; Karesi, Kastamoru, Aydin, Germiyan y Hamidoglu rindieron parias a los romanos, mientras que las taifas de Teke y Mentese prefirieron contar con la protección de los Hospitalarios de Rodas.
En 1470, con la muerte de Murad III, Hasan I se dio cuenta que el imperio de su padre y hermano se había reducido a poco más de los límites de Bursa y la costa del Bosforo. Impotente y desalentado al ver que todos sus reinos vasayos se independizaban, el sultán acabó vendiendo su reino caído en desgracia a los bizantinos a cambio de una fortuna y sus tierras en Burma. Este fue el primer paso oficial de los bizantinos en la recuperación de Anatolia. También seria en estas fechas que el compromiso de su heredero, Constantino Miguel Paleologo (Constantino XII), con Teodora de Trebisonda, se llevo a cabo y aseguraba la reunificación del Imperio de Trebisonda con el Imperio Romano Oriental con la unión de lasdinastías Paleologa y Konneno.
En 1472 muere Constantino XI el Libertador, el cual es sucedido por su hijo Constantino XII, quie logró el vasallaje del Reino de Crimea y el Despotado de Epiro, luego de ayudar a este último con la Guerra Albano-Epirota (1479-1481). También seria quien restituirá el Senado Imperial como órgano burocrático gubernamental y crearía las Murallas Constantinas al frente de las Murallas Teodosianas, siendo estas de forma cúbica con más de 100 baluartes pentagonales de artillería pesada.
Otras campañas que libro son la conquista de la taifa de Aydin y Karesi, el primero por no pagar sus parias y Karesi por entrar en conflicto con Germiyan. Por lo demás mantuvo buenas relaciones con occidente, en especial con el Papado, el catolicismo ya se había extendido y era muy aceptado tras la conversión de Constantino XI, quien sería santificado póstumamente. Además, se el primo del emperador, Constantino Paleologo Androgynitha (hijo de Andrés Paleologo) sirvió como Guardia Perdonal del Papa y padre de Domizia, concubina de sir Evandro Conti (quien era perteneciente a la estirpe del Papa Inocencio III), con quien tuvo a Mario Conti, que seria Gran Maestro de la Orden de los Caballeros Hospitalarios.
Ha Constantino XII le sucedería su hijo, Juan XI, en 1525. Su reinado vería varios enfrentamientos con los venecianos y genoveses, quienes fomentaron la piratería en su lucha por el monopolio marítimo del Mediterráneo. También vería el asalto de Rodas (1532) por parte de la taifa de Germiyan, tras esta haber conquistado las taifas de Hamidoglu, Teke y Mentese. Juan XI recibiría a los caballeros hospitalarios en su corte y los convertiría en su Guardia Imperial, la cual pasaría a llamarse "Guardia Hospitalaria".
En 1552, Juan XI moriría dejando el trono a Andrés I, quien conquistaria la taifa de Germiyan y Kastamoru, además expulsaria a los genoveses y venecianos del Egeo, al perfeccionar el uso de cañones dispuestos en hileras en las cubiertas de los navios. Tras la Toma de Chipre de 1562, los bizantinos dominarian el comercio del Mediterráneo Oriental al comerciar con el Sultanato de los Mamelucos, los estados italianos, las Coronas de Aragón y Castilla, y Francia.
Para el final del reinado de Andrés I, en 1578, solo quedaban dos reinos de taifas; Eretna y Karaman. Ambas taifas serían sometidas por Constantino XIII el Magnífico, en 1580, y para 1595 había sometido a los Mamelucos y recuperado tanto Egipto como Levante (Tierra Santa), luego de siglos de control musulmán. Esto le granjeó un importante prestigio, no solo había terminado la Reconquista Bizantina, también había recuperado Tierra Santa y Egipto, desde su caída por el Califato Omeya. El Imperio Romano Oriental había sido tan poderoso desde los días de Justiniano I.
Comercio Oriental y Colonización Africana
En los últimos días de Constantino XIII, el imperio se expandió por toda la costa norte africana, tomando la isla de Malta como centro neurálgico para el comercio marítimo en el Mediterráneo. También sometería al rico Reino de Sennar, haciendo que los límites del imperio llegaran hasta Etiopía, con quien tuvieron buenas relaciones al ser ambos cristianos.
Desde 1612 reino Manuel III, quien inició varias campañas militares contra los Persas Safavidas, llegando a arrebatarles Mesopotamia en 1620. Sin embargo, una victoria decisiva en Bagdad permitió a los persas negociar con los romanos por la devolución de Mesopotamia a cambio de abandonar sus pretenciones para con el Cáucaso. Este fracaso parcial les enseñó a los bizantinos que si querían beneficiarse más con el comercio oriental debían ir por mar, sin embargo, en lugar de circunnavegar África, usaron los puertos de Egipto para el comercio a través del Mar Rojo, llegando de esta forma a comerciar directamente con el Lejano Oriente y establecer colonias en las Indias Orientales; las Constantinias (las Maldivas), Srilanka, Justinia (Papúa), Australis (Australia) y Nova Tesalonica (Nueva Zelanda).
Para facilitar el comercio y manutención de las colonias orientales se planteó la creación de un canal en el Suez, siendo la obra terminada en 1678, durante el gobierno de dos emperadores; Teodoro III (1633-1646) y Andronico V (1646-1680). El Canal de Suez facilitaría la navegación de más de un estado europeo y seria una importante fuente de ingresos para el Imperio, gracias a las tarifas. Sin embargo, la competencia llevó impulso la piratería en el Mar Rojo, siendo esta en su mayoría etíope, lo que desencadenó la Guerra Romano-Etiope (1692-1697), que se saldó con una victoria bizantina, la expansión hasta el Cuerno de África y la proclamación de Andrés II (1680-1699) como Emperador de Etiopía.
Guerra de los Balcanes
Miguel X Paleólogo reino junto a su hermano menor como coemperador (Juan X), a ambos les tocó luchar en la Guerra de los Balcanes (1701-1710), que supuso el fin de la las pretenciones de los austriacas para con los Balcanes. Todo comienza con la invasión Austriaca de Serbia (1701), y tanto Valaquia como Bulgaria se unieron en contra de Austria. Sin embargo, Miguel X se nego a participar, debido a que no quería enemistarse con los Habsburgo.
Esto fue tomado como un acto cobarde por varios miembros del ejército, el Senado e, incluso, su familia. Su primo, Manuel Alejandro Paleólogo, organizó un golpe de estado que terminó con el asesinato de Juan X y la huida de Miguel X de Constantinopla, refugiándose en Alejandria, siendo este periodo conocido como el Imperio de Alejandria (1705-1707). La guerra civil acabó cuando Manuel IV murió en la guerra contra Austria, debido a que los albaneses habían huido dejando a los bizantinos a su suerte, y Miguel X pudo recuperar el trono, aunque tuvo que continuar la guerra para aplacar a sus detractores y conquistó Albania en represalia por la muerte de su primo.
La guerra terminó en 1710, con el Tratado de Belgrado, Austria se retiró de los Balcanes y sus posesiones fueron repartidas entre los vencedores. Venecia se quedó con Ragusa y toda Istria, cerrando la entrada al mar de Austria; Croacia, Bosnia, Serbia, Valaquia, Moldavia y Bulgaria, que habían caído bajo dominio austriaco habían sido "liberados" por los bizantinos, pero solo para caer bajo la sombra del Imperio Romano Oriental.
Conquista de Oriente
Miguel X moriría en 1713 y le sucedería su sobrino Andrés III Persaroctono. Andres III se ganó su nombre, Persaroctono (Asesino de Persas), debido a que aprovechó la debilidad de los Persas Safavidas y para 1730 había conquistado Azerbaiyán, Mesopotamia, Persia, Afganistán, Jiva y Bujara. Su ultima conquista fue contra los Mongoles de la India, absorbiendo todo el norte de la India. Los indios, que habían estado bajo dominio mongol por siglos recibieron a los bizantinos como libertadores y reconocieron a Andrés III como "Raj".
Andrés III el Conquistador murió en 1743 y sus sucesores continuarían la expansión al Oriente, Andronico VI (1743-1766) y Basilio III (1766-1801), para inicios del siglo XIX toda la India, Birmania, Tailandia, Malasia y Singapur pertenecía al Imperio Romano Oriental. Sin embargo, Basilio III y Zenón II tuvieron que enfrentar al Imperio Francés, y aunque conservaron Egipto perdieron Argelia, además, las constantes guerras contra Austria y el creciente expansión de Rusia en Europa hizo que Zenón II creara el Principado de Rumania al norte del Danubio, para servir como estado colchon entre ambos Imperios.
Revolución Bizantina
En 1844 murió Zenón II y el trono fue para su hija Zenobia II, siendo la primera vez en casi un milenio que una mujer fue emperatriz de facto, desde el reinado de Zoé. Su reinado fue recibido con protestas generalizadas en todo el Imperio, las más fuertes vinieron de las clases no privilegiadas, exigiendo más derechos y mejoras en la calidad de vida.
Zenobia I decidió entonces hacer varias reformas administrativas y, sobretodo, inicio la industrialización del Imperio, imitando a los británicos, lo cual llevaría al imperio romano a convertirse en un estado fuertemente industrializado para inicios del siglo XX. En lo administrativo, Zenobia I, junto al Senado, crearon una Constitucion Nacional en la que se definió al pueblo como soberano con derechos protegidos por el Estado. Entre otras reformas; se reactivó el puesto de Tribuno de la Plebe, quien tendría el poder de veto en el Senado y seria de origen plebeyo, escogido por voto popular; también se modificó la forma de gobierno provincial, se unieron varios themas en Regios Foederalis administradas por un Synoikos (Senado Local) y gobernadas por un Presidente, escogido por voto regional. Cada Regio estaría representada en el Senado por dos Consules, conformando la Asamblea Consular, mientras que los deberes jurídicos y legislativos comunes estarían bajo el Congreso Imperial, conformado por senadores comunes.
A lo largo del reinado de Zenobia I se continuó el establecimiento gradual de una monarquía constitucional moderna en el Imperio Romano Oriental. Las reformas en el sistema electoral aumentaron el poder del parlamento perjudicando a los nobles y a la monarquía. En 1867 Walter Bagehot escribió que el monarca solo tenía «el derecho a ser consultado, el derecho de animar y el derecho de avisar». A medida que la monarquía de Zenobia I se volvía más simbólica que política, empezó a dar más importancia a la moralidad y a los valores familiares. El concepto de «monarquía familia», con el cual las clases medias se podían identificar, se fortaleció.
Estas reformas no solo estabilizaron el gobierno, sino que permitirían la genuina integración de todas las partes del Imperio Bizantino y apagarla los fuegos de los movimientos revolucionarios de corte marxista y anarquista, sin embargo aún había estados que buscaban ser dueños de su propio destino.
Reparto de África y Primera Guerra Mundial
Reparto Africano
A finales del siglo XIX las potencia europeas se dividieron el continente Africano, siendo el Imperio Romano Oriental quien llevaba ventaja desde hace casi medio siglo. Ahora el Imperio conseguiría los territorios de Chad y Camerún, teniendo una salida al Océano Atlántico.
Esto estuvo acompañado con el matrimonio entre la emperatriz Zenobia I con el príncipe Jorge de Dinamarca, quien sería bautizado como Juan, Archiduque de Atenas. Con el la emperatriz no solo tendría a su heredero, Constantino XIV, sino que se emparentaria con otras casas reales de Europa a través de la línea de Cristián IX de Dinamarca y la Reina Victoria de Reino Unido.
Primera Guerra Mundial
Con el Asesitano del Archiduque Francisco Fernando el 28 de julio de 1914, empezó una guerra a escala jamás conocida la cual sería conocida como la Gran Guerra y finalizó el 11 de noviembre de 1918, con el saldo de miles de millones de muertos. El papel del Imperio en esta guerra fue inicialmente no intervencionista, pero tras la invasión Austro-Hungara de Rumania, territorio asociado al Imperio, el Imperio Romano Oriental le declaró la guerra a Austro-Húngria, la cual sería completamente desarticulada durante la guerra, pero esta continuaría esta vez en contra de Alemania.
Sin embargo, el imperio no dedicó tantos recursos contra Alemania, pues tras darle asilo a los Romanov durante la Revolución Rusa, el Imperio Romano empezó una guerra contra el Ejército Rojo para reinstaurar el Zarato. Cosa que logro para 1917, un año antes de que la Gran Guerra terminase. El líder de los Bolcheviques, Vladímir Lenin, dimitió al ver al Ejército Blanco aproximarse al Moscú y fue atrapado en un intento de escape por la frontera polaca y fue condenado al exilio en Siberia, donde moriría en extrañas circunstancias. El zar Nicolás II fue reinstaurado e inició una serie de reformas para convertir a Rusia en una monarquía constitucional e inició la industrialización nacional.
Al final de la guerra, el Imperio Romano Oriental recibió el Africa Oriental Alemana, pero perdió el control de la costa occidental de Arabia en manos de los Saudíes, con los que firmó un pacto de no agresión al reconocerlos como un reino con pleno derecho.
Segunda Guerra Mundial y la Liga Helenica de Naciones
Durante la Segunda Guerra Mundial el Imperio Bizantino se vio superado por Alemania, en un principio, pero aún así los Aliados se impusieron ante las Potencias del Eje. Tambien supuso el inicio de la independencia de los Balcanes (1943-1946), siendo Serbia el primero en independizarse, seguido de Bosnia y Croacia, estos tres estados conformarían el Estado Socialista de Yugoslavia, liderado por Tito, el cual tenía un fuerte caracter anti-imperialista. El gobierno de su majestad Imperial Andrés IV, decidió reconocer la independencia de Yugoslavia y de también del Reino de Bulgaria, al cual cedieron tierras entre Yugoslavia y Grecia (Macedonia del Norte y el norte de Albania) a modo que fuera un estado colchon entre los socialistas y el Imperio.
Esta última revuelta y la política anti-colonizacion de la ONU dejó claro al gobierno bizantino que tenian que cambiar sus maneras para conservar su influencia en todos sus territorios. De modo que reorganizaron todas las Regios Foederalis Imperio Romano Oriental en naciones con pleno derecho, miembros de la Liga Helenica de Naciones, una organización multinacional liderada por Bizancio.
También se modificó el nombre e identidad de la nación, más que todo por los movimientos nacionalistas griegos en toda Grecia y Anatolia. Ahora el nombre oficial sería Imperio Bizantino, aunque también se oficializó el nombre de Magna Grecia (Gran Grecia). El monarca sería coronado como Basileus de los Helenos (griego: Βασίλειον της Ελλάδος, romanización: Vasíleion ti̱s Elládos), siendo Zenobia II la primera en recibir este título.
Dinastia Paleóloga
- Miguel VIII Paleólogo 1259-1282 (en Nicea, y en Constantinopla a partir de 1261)
- Andrónico II Paleólogo (1282-1328, coemperador: Miguel IX Paleólogo en 1294-1320)
- Andrónico III Paleólogo (1328-1341)
- Juan V Paleólogo (1ª vez: 1341-1376, coemperador: Juan VI Cantacuzeno 1341-1355)
- Andrónico IV Paleólogo (1376-1379)
- Juan V Paleólogo (2ª vez: 1379-1391)
- Juan VII Paleólogo (1390)
- Manuel II Paleólogo (1391-1425)
- Juan VIII Paleólogo (1425-1448)
- Constantino XI Paleólogo (1448-1472)
- Constantino XII Paleólogo (1472-1525)
- Juan IX Paleólogo (1525-1552)
- Andrés I Paleólogo (1552-1578)
- Constantino XIII Paleólogo (1578-1612)
- Manuel III Paleólogo (1612-1633)
- Teodoro III Paleólogo (1633-1646)
- Andronico V Paleólogo (1646-1680)
- Andrés II Paleólogo (1680-1699)
- Miguel X Paleólogo (1ª vez: 1699-1705, coemperador: Juan X Paleólogo 1700-1705)
- Manuel IV Paleólogo (1705-1707)
- Miguel X Paleólogo (2ª vez: 1707-1713)
- Andrés III Paleólogo (1713-1743)
- Andronico VI Paleólogo (1743-1766)
- Basilio III Paleólogo (1766-1801)
- Zenón II Paleólogo (1801-1844)
- Zenobia I Paleólogo (1844-1910)
- Constantino XIV Paleólogo (1910-1951)
- Zenobia II Paleólogo (1951-Actualidad)
Artículo Destacado
Mariam Bagrationi de Georgia, (Tiflis, Reino de Georgia, 1440 - Palacio Imperial de Constantinopla, Imperio Romano de Oriente, 19 de septiembre de 1508) conocida como María de Georgia, fue emperatriz consorte de Constantino XI Paleólogo entre 1454 y 1472, año de la muerte del emperador. Después de haber sido emperatriz consorte, ocupo el título de Emperatriz Madre de los Romanos.
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