El Reino de Jerusalén fue un Estado monárquico feudal fundado al final de la Primera Cruzada, tras la caida de la Ciudad Santa en 1102 a manos de los caballeros cruzados. Perduró por espacio de más de dos siglos sobreviviendo a la caida de la propia capital a manos de los musulmanes.
Historia[]
Tras la caida de Jerusalén los jefes de la Cruzada ya decididos a fundar Estados propios en los territorios conquistados dudan entre ofrecer la corona a Balduino de Verdún, conde de Edesa y hermano del primer comandante de la Cruzada Godofredo de Carlenia, o al principe de Antioquía Bohemundo de Tarento. Finalmente Balduino consigue ser elegido.
La historia posterior del reino se caracteriza por una guerra permanente contra los musulmanes y conflictos internos intermitentes entre los partidos de los poulains y los nuevos llegados. A Balduino I le sucede en el trono Tancredo de Galilea. A la muerte de éste asciende la casa de Rethel.
Organización[]
El reino, siguiendo la pauta de las monarquías occidentales se dividía internamente en varios señoríos (dejando al margen Jerusalén mismo y otras ciudades como Acre ligadas al dominio real directo): El principado de Galilea, el condado de Jaffa y los señoríos de Sidón y Transjordania. Cada vasallo aportaba un auxilio militar conforme al tipo de feudo de que disponía. Las propiedades de la Iglesia y de las órdenes militares, dispersas por todo el territorio también tenían obligaciones militares, dispersas por todo el territorio pero su fuero les otorgaba una mayor autonomía respecto a la realeza.Paulatinamente se fue desarrollando un corpus de doctrina puramente feudal conocido con el nombre de Assises de Jerusalen. Las decisiones gubernativas más importantes se decidían en la curia o Alta Corte, que limitaba el margen de maniobra de los reyes, reducidos a sus funciones militares. La realeza era además de caracter electivo si bien se prefería escoger a miembros de la Casa de Boulogne (a la que pertenecían los fundadores del reino Godofredo de Bouillón y su hermano Balduino) y debía ser confirmada por el papa.La administración regia era semejante a la de otros reinos europeos, entre los altos cargos de la Corte destacaban el senescal, como jefe de los servicios palatinos y administrador del tesoro (que se inspiraba en el modelo fiscal islámico) el condestable que dirigía el ejercito, el chambelán a la cabeza de la casa privada del rey y el canciller a cargo de la administración.