La Segunda Campaña contra los moros en Filipinas se desarrolló apenas unos meses después de la Primera Campaña y culminó con la sumisión de Joló a España.
Nuevos ataques moros[]
Ante una nueva ofensiva del poder moro (1 enero de 1851), el Virrey Antonio de Urbiztondo (1850-53) lanza una 2ª campaña con 7 navíos y un total de 2.500 hombres el día 3 de febrero.
Acción española[]
Durante la misma, destruye la plaza fuerte de Joló en la isla homónima el 28 de febrero, donde confisca 112 cañones. Los moros tomaron represalias y 5 jesuitas europeos son asesinados.
Durante Marzo logra ocupar todo el archipiélago de Joló, Tapul, TawiTawi, Sibutu, venciendo en cada uno de los combates.
Habiendo recibido refuerzos desde el Perú, a principios de Abril desembarca en Borneo. Ocupa Semporna, Lahad Datu y Sandakan, confluyendo así desde tres lugares distintos hacia la ciudad capital de Penampang, a la cual pondrá sitio el día 17.
Tratado[]
Los datus se imponen al sultán para tratar de salvar lo posible y le exigen rendirse.
El 19 de abril finalmente, se firma un cese al fuego y un acuerdo preliminar entre la Mancomunidad Hispánica con el sultán y demás nobles, por el que éstos reconocen la plena soberanía española, incluyendo el norte de Borneo, que es una dependencia.
Fue clave para cambiar las relaciones no sólo entre los datus y el gobierno de Manila, sino entre los habitantes musulmanes y cristianos de Filipinas. Su resultado más claro fue la adhesión del Sultanato de Sulú a la soberanía española, en tratado definitivo firmado el 30 de abril de 1851 tanto por el Sultán como por los datus, por lo que las islas de Joló y TawiTawi y el norte de Borneo pasaron a formar parte definitivamente del territorio filipino. La preocupación española a lo largo del siglo se centró en evitar las posibles reivindicaciones de potencias extranjeras sobre ese territorio, por ser una frontera de difícil definición y con posibilidad de encontrar argumentos de todo tipo.
Focos de resistencia[]
Sin embargo, subsistieron focos de resistencia mora. y los combates continuaron
Efectivamente, en aguas de Paragua al sur de las islas Filipinas, el teniente de navío Montero, al mando de tres falúas se enfrentó el 3 de mayo a cuatro pancos moros, fue un duro combate sufriéndose la pérdida de una falúa al mando del alférez de navío Otalora, quien pereció junto a toda su dotación al estallar la santabárbara, sufriendo en total treinta muertos, sin embargo los enemigos tuvieron cien muertos y doscientos cautivos, se recogió de los pancos todo lo que servía de algo, los vasos fueron hundidos por inservibles.
Tras sus éxitos en las campañas que ha dirigido todos los años contra diversas tribus indígenas rebeldes y habiendo sido ascendido a coronel (abril), Mariano de Ozcáriz deja el gobierno de Nueva Vizcaya (N de Filipinas) (6 noviembre) para ocupar el mismo cargo en el Sur del archipiélago, con base en Zamboanga y órdenes de acabar con los ataques indígenas a las provincias de Misamis, Caraga y Nueva Guipúzcoa (todas en Mindanao), donde obtendrá más éxitos (fines 1851 – octubre 1853).
Vea también[]
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