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Las Abdicaciones de Bayona, efecto de la invasión francesa de España y por tanto, propiciador de las Independencias Hispanoamericanas.
En 1808, la Francia Napoleónica invadió España y obligo al rey Carlos IV y su hijo Fernando a abdicar sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. Como respuesta, tanto en la España peninsular como en los virreinatos americanos, surgieron movimientos de resistencia contra los franceses que posteriormente desencadenarían las guerras de Independencia Hispanoaméricanas.
En México, cuando llegaron noticias de lo acontecido en España, los los criollos del Ayuntamiento capitalino, liderados por Azcárate y Primo de Verdad, promovieron la creación de una Junta de Gobierno local e independiente a las Juntas de España, bajo el enunciado de que ante la ausencia del rey, la soberanía debería recaer en el pueblo. El virrey, José Iturrigaray, decidió crear la Junta de Gobierno. Tras debates entre criollos y peninsulares, ambas facciones coincidieron en respetar como soberano a Fernando VII. Al respecto de obedecer a las juntas de España o regirse por una Junta local y autónoma, el virrey optó por proclamar la segunda opción.
Las reuniones continuaron y los criollos propusieron, como segunda etapa, convocar a las Cortes, que estarían formadas por diversos representantes del pueblo. Los españoles peninsulares se opusieron a esta idea y temieron que el virrey pretendiese proclamarse rey de la colonia. Un grupo de hacendados autonombrados Patriotas de Fernando VII se organizaron para deponer al virrey. Fueron dirigidos por Gabriel de Yermo para tomar por sorpresa el palacio virreinal la noche del 15 de septiembre de 1808. Al mismo tiempo se giraron órdenes para aprehender a Primo de Verdad, Talamantes, De Cristo y Azcárate.
Punto de Divergencia[]
En México, el 11 de septiembre de 1808, el arzobispo Francisco Javier de Lizana y Beaumont, se opone a los planes de Gabriel de Yermo, informandole al virrey, José de Iturrigaray, que inmediatamente ordena su captura. El 16 de septiembre, el virrey, para evitar mayor oposición y confusión, jura no usurpar las coronas de los reinos de la América Mexicana, esto, bajo presión del Arzobispo y el ayuntamiento de la ciudad de México.
El 21 de septiembre, Iturrigaray convoca a todos los Ayuntamientos de la Nueva España para formar un gobierno provisional que posteriormente culminaría en la proclamación de las Cortes del Anáhuac y la creación del Ejercito Real de México, el 12 de diciembre de 1808.
Mientras tanto en la Capitanía General de Venezuela, las noticias sobre las cortes en Nueva España arriban en enero de 1809. Las semanas posteriores, los mantuanos solicitaron a Juan de Casas, capitán general de Venezuela para la fecha, conformar una junta en Caracas que tomaría inspiración de las Cortes del Anahuac. Los mantuanos fueron apoyados por hacendados y militares, accediendo el capitán general a la conformación de esta.
Así el 6 de febrero, el capitán general Juan de Casas llama a la conformación de la Junta Suprema de Caracas, atendiendo al pronunciamiento novohispano, bajo el lema de “¡Viva Fernando VII y muera Napoleón y sus franceses!”, que recorrió Caracas durante la llegada de los emisarios franceses.
Simultáneamente, en el Virreinato de Nueva Granada, las élites criollas en Santa Fé encabezadas por Camilo Torres y Jorge Tadeo Lozano presionaban al Virrey Amar y Borbón para convocar a un cabildo abierto en el cual discutir la organización de una Junta de Gobierno, siguiendo el ejemplo dado por México. Más las autoridades virreinales, sin embargo, negaron esta posibilidad temiendo del abuso que pudiera dar la oligarquía criolla a tal encuentro. Acusando a Amar y Borbón de afrancesado (también se había negado a convocar a las tropas al Castillo de San Felipe para la defensa en caso de un ataque marítimo), los criollos empezaron a hacer una campaña de desprestigio contra los <<chapetones del Palacio>>, reconociendo como único líder al rey Fernando VII.
Para marzo de 1809, los principales dirigentes criollos se reunieron en una convención en casa de José Acevedo, planeando en ella el incidente del Florero de Llorente para movilizar a las masas y obligar al Virrey a convocar la Junta. La conspiración se llevó a cabo el sábado 24 de marzo, con éxito: Los disturbios se extendieron por las calles de la ciudad y las fuerzas del Virrey se vieron acorraladas, temiendo originar un descontrol completo de la situación en caso de entrar en batalla con los civiles. El domingo 25, Amar y Borbón, no pudiendo controlar el transcurso de la situación y temiendo por su seguridad, aceptó la propuesta criolla de llamar a cabildo abierto. Éste fue celebrado el día 26, decidiendo convocar a su vez a una Junta de forma casi unánime. Finalmente el día 27, se declaró oficialmente la Leal Junta de Gobierno de la Nueva Granada, nombrando como Presidente nominal de ésta a Amar y Borbón mismo (el cual siguió siendo Virrey hasta la fundación de las Provincias Unidas) y como Secretario a José Miguel Pey, aunque siendo de iure dirigida por Fernando VII como Rey de la Nueva Granada.
Notas[]
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