Unión Latina Historia Alternativa: No Revolución | ||||||||||||||||||
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La Unión Latina (Unilat) es una organización internacional conformada por los países que hablan algunas de las denominadas lenguas romances. Fue creada en mayo de 1954, cuando se firmó un acuerdo constitutivo en Madrid, España y fue reconocida como una institución formal a partir de 1983. Por dificultades financieras, las actividades de la Unión Latina fueron suspendidas el 26 de enero de 2012, no obstante reanudó sus actividades hasta el 31 de julio de ese mismo año.
Su función es promover y diseminar su herencia común y aquello que identifica al mundo latino. Su nombre en las otras lenguas oficiales son: catalán: Unió Llatina; francés: Union Latine; italiano: Unione Latina; latín: Unio Latina; portugués: União Latina; rumano: Uniunea Latină. Actualmente el color oficial de la organización es el carmesí.
La Ciudad del Vaticano, cuyo idioma oficial es el latín, es un miembro observador permanente.
Latinidad[]
Cuando la idea de latinidad comienza a concretarse, en la segunda mitad del siglo XIX, en el punto de convergencia de visiones poéticas, de utopías políticas y de investigaciones filosóficas, se plantea el problema de su definición. Si bien es cierto que se abandona pronto la idea de una “raza” latina, se afirma el sentimiento de pertenencia a una misma familia cuya especificidad no se funda en el linaje de la sangre o en el arraigo a un suelo, sino en la referencia a una lengua de origen, el latín, que es el héroe epónimo y el fundamento de la Latinidad. Todos los miembros de esa familia saben o sienten que las fronteras entre sus lenguajes respectivos son fronteras transparentes que se pueden franquear en cualquier momento, espontáneamente y sin formalidades. El latín es una lengua que habla del hombre. Sin duda que, antes del cristianismo, nunca se habló del hombre con tanta grandeza y simplicidad, con tanta mesura y sabiduría como en los textos que van de Cicerón a Séneca. Este lenguaje es fundador del humanismo del Renacimiento del cual nosotros somos herederos. El latín es también una lengua que habla de la sociedad. Es la lengua que expresó el Derecho y que le dio la fuerza de sus leyes inscritas en el bronce. Al caos de las pulsiones, de las contradicciones, de los intereses y de los excesos personales, el latín opone el rigor y la equidad de sus códigos que se aplican a las situaciones y a los tiempos más diversos: es el Derecho sin el cual jamás se hubiera podido transformar en ciudadanos a los habitantes de un imperio inmenso y abigarrado.